Investigadores del MIT y de la Escuela de Medicina de Harvard han ideado un tipo de tatuajes en los que la tinta tradicional es reemplazada por otra con biosensores incorporados, cuyos colores cambian respondiendo a las variaciones que presenta el líquido intersticial.

Los tatuajes, llamados Dermal Abyss, están todavía en proceso de prueba, e incorporan cuatro biosensores que reaccionan y modifican su color ante tres variables de información bioquímica en el fluido corporal. El sensor de PH cambia de púrpura a rosa, el de glucosa de azul a marrón, y el de sodio (y un segundo sensor de PH) se vuelve más fluorescente ante una mayor intensidad de luz ultravioleta.

Las posibilidades más evidentes de estos tatuajes se refieren a la diagnosis en enfermedades como la diabetes. Las personas que la padecen necesitan monitorizar su nivel de glucosa entre tres y diez veces al día mediante pinchazos. Una incomodidad que podría evitarse con este tipo de tatuajes, puesto que su color indicaría la necesidad o no de insulina en todo momento.

Detectar variaciones en los parámetros que marcan los biosensores presentes en la tinta permitirá diagnosticar y tratar enfermedades crónicas como la ya mencionada diabetes, pero también la propensión a la obesidad, a sufrir migrañas o la estabilidad nerviosa.

“La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, así que pensamos que es una plataforma estupenda y muy natural de la que podemos obtener información” explicó Xin Liu, una de las investigadoras del MIT en un artículo del diario El País de España.