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Astrónomos sin pista definitiva de por qué el universo se está acelerando

Un equipo de astrónomos se encuentra enfrascado en el Mapeado de la Energía Oscura, un proyecto de 400 científicos en siete países para identificar la posición de cientos de millones de galaxias y revelar la naturaleza de la enigmática energía oscura. 

Desde el telescopio Víctor Manuel Blanco, situado en una montaña de 2.200 metros, a 80 kilómetros de la ciudad de La Serena, en el norte de Chile, los astrónomos investigan todavía lo que se comprobó décadas atrás: que todas las galaxias se alejaban unas de otras, cada vez más rápido.

Lo que esperaban ver por aquel entonces era justamente lo contrario. Tras la gran explosión conocida como el Big Bang, hace unos 14.000 millones de años, empezó una gran expansión del universo, formándose por el camino todo lo que conocemos en la actualidad.

La lógica decía que esa expansión debería estar frenándose, por la fuerza de la gravedad, la misma que devuelve un objeto a la mano que lo ha lanzado hacia arriba. “Pero encontramos algo raro: la expansión del universo era cada vez más rápida”, recuerda el astrónomo estadounidense Chris Smith. Como si se tratara de lanzar algo al aire y que acabe saliendo del planeta Tierra cada vez más rápido.

La cámara del telescopio chileno es capaz de tomar imágenes de galaxias situadas a 8.000 millones de años luz de nuestro planeta. El mapa elaborado con sus datos cubre ya una trigésima parte de todo el cielo pero, de momento, al confirmar la expansión acelerada del universo, el proyecto ha puesto una ración de angustia existencial sobre la mesa.

“El destino del universo es frío. Las galaxias seguirán volando, alejándose las unas de la otras. Y, al final, desde nuestra galaxia no se verán las estrellas de las otras galaxias, porque estarán demasiado lejos”, pronostica Smith. “Será un universo realmente oscuro”.

 

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