La compañía privada estadounidense SpaceX, dirigida por el magnate de Silicon Valley Elon Musk lanzó con éxito desde Cabo Cañaveral (Florida) el cohete Falcon Heavy, el más poderoso en activo del mundo, con una capacidad de carga de 64 toneladas.
La nave ha despegado desde la misma infraestructura de la que salieron los cohetes del programa Apolo 11 camino a la Luna (1961-1972) y el primer transbordador espacial de la NASA en 1981. Aunque el Falcon Heavy es la nave con más capacidad de carga actual, el récord histórico, por el momento, permanece sin batir. El cohete Saturno V, que se usó para los viajes del Apolo, podía cargar el doble que el nuevo cohete de SpaceX.
El Falcon Heavy consiste en tres cohetes ensamblados. Los dos laterales sirven como aceleradores y durante el trayecto se despegan para que el central siga con su impulso hasta dejar la carga en el espacio. En el ensayo de este martes los laterales se separaron a los dos minutos y medio del despegue y medio minuto más tarde la cápsula con el vehículo dentro se liberó del cohete central. Los cohetes impulsores regresaron a una plataforma en Cabo Cañaveral. Y también estaba previsto que el cohete central aterrizase de vuelta en el océano Atlántico en un plataforma marina teledirigida.
El Falcon Heavy mide 70 metros de alto –como un edificio de 23 pisos– y tiene 27 motores con una fuerza de empuje de más de 2.500 toneladas, equiparable a la de 18 aviones Boeing 747. El coste de un viaje del Falcon Heavy según SpaceX es de 90 millones de dólares.
Con este avance tecnológico la empresa de Musk da un golpe en la mesa en el mercado aeroespacial mostrándose como la firma capaz de transportar más carga a menor coste para clientes tan poderosos como la NASA, las empresas de satélites de telecomunicaciones o el Ejército de EE UU.