Llamada Tiangong-1, penetrará la atmósfera terrestre a principios de abril de este año en un descenso no controlado, aunque las agencias espaciales de todo el mundo que monitorizan su reentrada, no consideran al evento especialmente peligroso.
Según la Agencia Espacial Europea (ESA), que sigue el artefacto desde la Oficina de Basura Espacial en su sede de Darmstadt (Alemania), la probabilidad que tiene una persona de sufrir el impacto de un fragmento es 10 millones de veces menor que su probabilidad anual de impacto por un rayo.
La nave orbita la Tierra en una banda que oscila entre los 42,8 grados norte y 42,8 grados sur de latitud, y tiene mayores posibilidades de penetrar la atmósfera en los extremos de esta franja. Eso significa que es más probable que caiga en el norte de España, el centro de Italia, el norte de China, Oriente Próximo, los estados del norte de EE UU, Nueva Zelanda, Tasmania, o partes de Argentina y Chile.
Será imposible afinar el pronóstico hasta escasas horas antes de la reentrada, aseguran fuentes de varias agencias espaciales. En su última predicción, realizada el 15 de marzo, la empresa estadounidense The Aerospace Corporation anuncia la caída para el 4 de abril, con un margen de error de dos semanas. La ESA estimó el 6 de marzo una reentrada entre el 29 de marzo y el 9 de abril.