Su misión ha proporcionado una enorme cantidad de datos sobre la atmósfera marciana y continúa siendo uno de los mayores éxitos de la historia de la exploración del espacio.
Desde el 5 de agosto de 2012, el Curiosity ha descubierto las huellas de antiguos ríos, deltas y lagos en el llamado planeta rojo; ha determinado cómo era la atmósfera primitiva del planeta y también su composición actual, y ha realizado las primeras perforaciones en la superficie de otro mundo.
El monte central del cráter Gale, Aeolis Mons, ha sido siempre su objetivo primordial. Por estos tiempos, el Curiosity recorre sus estribaciones, 2000 soles después de llegar a Marte.
La primera perforación del rover demostró que la capa roja de materiales oxidados que recubre el planeta es de espesor milimétrico: debajo todo es gris. Además, el Curiosity descubrió compuestos orgánicos por primera vez, resolviendo un enigma que duró décadas.
El aparato se toma selfies con regularidad para comprobar su estado general, sobre todo controlando la cantidad de polvo acumulado o verificando el desgaste de las ruedas, que han resultado ser demasiado finas para un terreno sembrado de rocas afiladas.
Su taladro estuvo inutilizable durante más de un año terrestre, y sólo recientemente se ha conseguido recuperar su funcionalidad de forma parcial.
En este vínculo (https://mars.nasa.gov/msl/mission/whereistherovernow/) se puede consultar el recorrido del rover y su ubicación actual