La inteligencia artificial es capaz de muchas cosas. Aunque hay muchas técnicas que perfeccionar, ver, oír y hablar ya no es un reto para esta tecnología. Sin embargo, el sentido del olfato es complejo de emular.
Con el conocimiento de que existen perros que pueden detectar episodios diabéticos con horas de antelación, la aparición temprana de un melanoma e incluso el cáncer de mama, pulmón, colorrectal, de ovario y de próstata, que deja rastro en la orina del hombre; Andreas Mershin, físico y director del laboratorio Label Free Research Group del MIT, y su colega y mentor, Shuguang Zhang, están entrenando a un sistema de inteligencia artificial con una base de datos obtenida de esos perros expertos en detectar enfermedades a través del olfato.
En Wired se puede leer la historia de los Perros de Detección Médica, un grupo de caninos de Reino Unido especializado en detectar dolencias a través de su olfato.
Según cuenta un artículo del diario El País de España al respecto, el objetivo de estos científicos es crear un dispositivo al que han llamado Nano-Nose que pueda recolectar información y seleccionar receptores.
En la actualidad, la mayoría de los objetos que pueden oler son, en realidad, detectores. Es lo que sucede con los detectores de humos: identifican la sustancia química que tienen preestablecida pero no son capaces de interpretar si el humo procede de algo que esté en llamas o si es un cigarrillo, ni cuánto tiempo lleva ardiendo o cuánta agua sería necesaria. Estos aspectos harían del detector un dispositivo inteligente.
Esa dificultad para catalogar los olores es lo que hace más complicado poder traducirlos al lenguaje de las máquinas.
El dispositivo diseñado buscará poder seguir aprendiendo sobre sus detecciones. La idea que llegue un punto en que nadie pueda diferenciar entre las reacciones del dispositivo y las de un perro.