En el marco del avance de la pandemia por el coronavirus covid-19, hace varias semanas ya que Apple y Google anunciaron una alianza con el objetivo de facilitar el acceso de la gente a una aplicación que pueda saber si cada persona ha estado expuesta al nuevo virus.
No es la única iniciativa tecnológica en ese sentido en el mundo: en Singapur, la aplicación de rastreo de contagios TraceTogether funciona ya desde hace tiempo con la tecnología bluetooth. En ese país, los teléfonos van registrando códigos que corresponden a otros teléfonos de las personas con las que el usuario tiene un contacto significativo.
Esa app es analizada como modelo en Europa, donde también preocupa a las autoridades cómo controlar la curva de infectados en las futuras salidas de los aislamientos.
En TraceTogether el usuario recibe el aviso de que se haga un test o se ponga en cuarentena si alguno de los contactos con los que estuvo notifica en los siguientes 14 días que ha dado positivo, sin revelar ni la identidad del infectado ni donde se produjo el encuentro.
Aunque pueda resultar muy útil poder avisar a los contactos recientes para que se pongan en cuarentena y así controlar un posible foco, en Singapur la aplicación no alcanzó un uso masivo. El 1 de abril pasado un millón de habitantes la habían descargado, pero eso supuso poco más del 17% de la población, que supera los 5,7 millones. según un estudio del Instituto de Big Data de la Universidad de Oxford. La app, entonces, estaba muy lejos del 60% de descargas recomendado para lograr la llamada “inmunidad digital”.
¿Centrado o descentralizado?
Aunque el uso de la aplicación sea voluntario, los datos sean anónimos y a través de bluetoothse respeta más la privacidad que si se utilizara un GPS que marca los lugares por donde anduvo el usuario, muchos expertos en privacidad tienen dudas.
El sistema podría tener dos posibles formatos. El centralizado, donde las autoridades puedan rastrear las identidades y avisan a los contactos de quien ha dado positivo, y el descentralizado ya citado en párrafos anteriores, en el que el usuario notifica en su aplicación que ha sido infectado y sus contactos recientes se enteran por una señal que reciben en sus móviles. Estos se conectarán periódicamente con un servidor donde se registren los códigos de quienes han dado positivo.
Más allá de la diferencia en las tecnologías de trazabilidad entre un sistema descentralizado, en el que depende de la buena fe del infectado notificar su estado, que otro centralizado, que supondría subir datos de identificación a las autoridades sanitarias, los especialistas sostienen que el problema está en que estas soluciones de emergencia suelen llegar para quedarse y pueden afectar a medio plazo la privacidad.
¿Qué dicen Google y Apple?
La para muchos inesperada alianza entre los gigantes de comunicaciones Google y Apple -compañías que controlan el sistema operativo del 99% de los teléfonos-, indica que para primeros de mayo estarán preparadas las especificaciones técnicas que permitan a cada país crear sus apps.
Durante los próximos meses, se lanzarán actualizaciones de los sistemas operativos que instalarán esos mecanismos de rastreo en los teléfonos de los usuarios que lo acepten y no se hayan descargado aún dichas aplicaciones.
Googl y Apple aseguraron además que se podrá desactivar el sistema para eliminar el rastro de un contacto que se quiera mantener en secreto.