Si algo más podía suceder sobre el devastado país caribeño, la naturaleza lo hizo lamentablemente posible. Una nación habitualmente deprimida por las catástrofes, vivió horas infernales con el paso del nuevo fenómeno climatológico que generó más de 800 muertos.
Los efectos del huracán Matthew, que por varias horas tuvo en vilo a los Estados Unidos, generaron profundas consecuencias negativas en uno de los países más pobres de la Tierra, luego del histórico sismo en 2010.
El balance de muertos en el área sur de Haití, en una información apenas preliminar, se había elevado durante el jueves de 140 a 283, según consignaba en primera instancia la agencia Reuters. Con el correr de las primeras horas de este viernes, el número aumentó y sobrepasó la cifra de 400 víctimas fatales. Finalmente, la ola de destrucción no paró de empeorar y los registros de prensa refieren en más de 800 a las personas que han perecido.
“Nunca vi nada como esto”, dijo a la agencia Efe, por su parte, Louis Paul Raphael, un representante del gobierno nacional en la ciudad costera de Roche-a-Bateau.
La tormenta, que llegó a recuperar la categoría cuatro y registró vientos de más de 230 kilómetros por hora, dejó cerca de 30.000 personas evacuadas en albergues improvisados en 12 comunas, mientras unas 10.000 se quedaron sin refugio alguno.
La Organización Panamericana de la Salud ya ha alertado de un posible despunte de la enfermedad del cólera tras el paso del huracán. Antes del desastre de Matthew, en Haití ya se habían contabilizado 28.500 casos de esa infección intestinal que conlleva riesgos mortales.