Investigadores sudamericanos capturaron varios ejemplares de rana punteada (Hypsiboas punctatus) en la provincia de Santa Fe, comprobaron que ese anfibio arbóreo es fluorescente y creen que usa los pulsos de luz para comunicarse.

La principal característica de ese tipo de rana, hasta ahora, era el punteo de colores sobre una piel casi translúcida que generalmente oscila del amarillo al rojizo. Sin embargo, este sería el primer caso detectado de fluorescencia entre las más de 7.600 especies de anfibios, un fenómeno físico por el que un cuerpo que recibe luz a una determinada longitud de onda, la devuelve a otra longitud de onda mayor.

En la naturaleza ya hay peces, tortugas, escorpiones y hasta loros fluorescentes. Al estudiar las ranas junto a otros especies emparentadas, comprobaron que bajo la luz ultravioleta, solo la H. punctatus se iluminaba.

Los autores de la investigación, publicada en la revista PNAS, estudiaron las ranas capa a capa, desde la parte más exterior de su piel transparente. Vieron que la fuente de la luz no estaba en las células pigmentarias que reflejan la luz y que son los responsables de sus vivos colores. En esta ocasión, el proceso químico que ilumina a esta rana se encuentra en unas moléculas presentes en el líquido linfático que los investigadores han denominado Hyloin-L1.

Los científicos también hallaron otras dos moléculas secundarias en las secreciones glandulares que intervienen en su intensa fluorescencia verde, según detalla el diario El País en una publicación al respecto.

Aunque la fluorescencia en otros animales cumplen variadas funciones, en las ranas aún está por determinar. Sin embargo, los investigadores creen que les ayuda a desenvolverse durante la noche, comunicarse y, quizá, encontrar pareja. Lo explica la bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, Maria Gabriela Lagorio, a la revista especializada Chemistry World: «Las especies de anfibios tienen fotorreceptores en sus ojos optimizados para la visión en azul y en verde. Así que estos componentes deben realzar el resplandor de estas ranas en condiciones crepusculares».

Foto autoría de Julián Faivovich y Carlos Taboada. (MACN)