Gran parte de nuestra vida se encuentra en el mundo virtual. Es inevitable que muchos de nuestros datos e informaciones privadas estén en manos de terceros. ¿Quién no ha entrado en su cuenta bancaria a través del móvil o ha comprado en línea? Las aplicaciones son una parte indispensable de nuestra actividad en la red y, por ese motivo, queremos presentar a continuación una serie de consejos que se deberían seguir para proteger nuestros datos de posibles amenazas y malos usos.
Cabe comentar que hay aplicaciones que han hecho hincapié en la seguridad y la información de sus usuarios con diferentes medidas. Es posible sentirse totalmente seguro enviando un mensaje encriptado con Telegram, jugando a la ruleta o al blackjack en PokerStars Casino con una cuenta protegida mediante Token de seguridad RSA, o vendiendo y comprando productos con MercadoLibre y sus medidas para la protección de datos personales.
Uno de los principales consejos es leer los permisos de uso de las aplicaciones antes de aceptarlos. Por prisas o simplemente por poca disposición, son pocos los usuarios que leen detenidamente esos permisos y se disponen a aceptar directamente aquello que se les pide con el objetivo de no perder tiempo. En muchas ocasiones, se está dando permiso a acciones que en otro contexto no permitiríamos. Si no dejamos entrar desconocidos en nuestros hogares, ¿por qué sí que lo permitimos en nuestros smartphones?
En el mismo sentido, cabe valorar detenidamente si se debe conceder el permiso a la aplicación en cuestión de acceder a otras aplicaciones de serie de nuestros dispositivos para usarlas. Por ejemplo, hay algunas plataformas muy conocidas que requieren acceso a la galería de imágenes o a los mensajes. Antes de permitirlo, no está de más estudiar si es necesario que así sea.
Protección y desconfianza
Una de las recomendaciones en el uso de las aplicaciones es desconfiar cuando suceden actuaciones poco habituales como, por ejemplo, si una aplicación requiere el uso de otra que no disponemos. También se deberían implementar controles en el proceso de pago, pues existen plataformas que lo permiten en un solo clic cuando ya se ha registrado una tarjeta previamente. Es recomendable poner barreras a este hecho.
En muchas ocasiones, cuando se deja de usar la app se regresa al inicio, dejando que esta siga activa en un segundo plano. Aunque no lo apreciamos, sigue teniendo permiso para ejecutarse y consumiendo batería y datos de nuestro dispositivo. Por ese motivo, siempre se debería cerrar sesión y no permitir que esta actúe en segundo plano. Así mejorará tu seguridad, pero también los datos móviles y nivel de carga.
Si la aplicación no genera demasiada confianza ya desde el principio, no se debería dar permiso o informaciones relevantes de entrada. Si al introducir la cuenta del correo electrónico para verificar la actuación, hay algún detalle que despierte desconfianza, la recomendación es eliminarla de nuestro dispositivo sin acceder al enlace que nos presentan. Cabe recordar que nunca se debe enviar información confidencial vía correo electrónico a una aplicación.
Un consejo general y habitual en el mundo móvil es realizar constantemente copias de seguridad. Actualmente tenemos gran parte de nuestros recuerdos e información privilegiada en los smartphones y no está de más protegerlos. El mismo dispositivo ofrece la posibilidad de hacer copias periódicamente para evitar la pérdida total en caso de la entrada de virus. Con la famosa nube es más fácil que nunca.
Consejos generales propios del ordenador
Una de las recomendaciones clásicas cuando se habla del aspecto digital es cambiar las contraseñas de las aplicaciones de manera periódica y no compartirlas las unas con las otras. Ya es conocido por todos que se deben combinar dígitos, letras y caracteres especiales y nunca debe hacer referencia a información personal ni a patrones sencillos. Aunque es un clásico, hay usuarios que no cumplen con este consejo.
Terminamos con dos consejos también propios de la actividad con el ordenador. Uno de ellos es contratar un buen antivirus para smartphone, cada vez más habituales en el sector debido a la acumulación de información de estos. Y segundo, evitar usar aplicaciones de operaciones privadas, como gestiones bancarias, con redes wifi públicas. Los datos pueden saltar rápidamente de un lugar a otro y la red debería ser privada y de confianza en estos casos.