55 de cada 100 trabajadores latinoamericanos tiene un empleo en negro

Así lo indica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según el informe anual de Estadísticas tributarias en América Latina y el Caribe (1990-2015) presentado esta semana en Santiago de Chile.

Según la organización, la recaudación fiscal de la región promedia un 22,8% del PIB, frente al 34,3% de media en los países que forman parte de la OCDE. El dato positivo es que la brecha se redujo 4,6 puntos porcentuales en los últimos 25 años.

«Cuando hablamos de que América Latina debería reforzar su músculo fiscal no es aumentando los impuestos a su clase media, que ya paga una cantidad sustancial, sino revisar las numerosas exenciones fiscales, reforzar los impuestos sobre la renta a los ciudadanos con mayores ingresos y luchar contra la evasión fiscal«, expresó Ángel Melguizo, jefe de la Unidad de América Latina y el Caribe del Centro de Desarrollo de la OCDE, en declaraciones al diario El País de España.

La extendida economía en negro es otro de los factores a combatir por parte de los gobiernos latinoamericanos según la OCDE. En la actualidad, 55 de cada 100 trabajadores latinoamericanos tiene un empleo en negro. Y la informalidad no afecta solo a los ciudadanos de menores ingresos «sino también a la clase media emergente» y «supone que menos empresas paguen impuestos sobre sus utilidades», afirma Melguizo. «Por ello, un componente esencial para una mejor política fiscal es su reducción, aumentando el número de contribuyentes (trabajadores y empresas), y de las bases (ingresos declarados)», continúa.

Cuba está por encima de la media de la OCDE, con un ratio de ingresos tributarios y PIB del 38,6%, en la lista de 24 países analizados, los que siguen a la isla caribeña, Argentina y Brasil, están ligeramente por debajo de la media, con el 32,1% y 31%. Otras grandes economías regionales están muy lejos, como México (17,4%) y Chile (20,6%), y cierran el ránking Guatemala, con un 12,4% y República Dominicana (13,4%).

La ODCE también brindó un dato relevante: los ingresos públicos por impuestos a la extracción de hidrocarburos y minería tuvieron un fuerte descenso en las economías latinoamericanas: han pasado de representar el 8,7% del PIB en promedio al 2,8%.

 

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