El mayor glaciar de la Antártida lleva 70 años derritiéndose

Llamado Pine Island, tiene un volumen de agua helada suficiente para elevar el nivel del mar 1,5 metros si se derritiera de repente. Un estudio muestra que desde los años cuarenta todo empezó a cambiar en los sedimentos de su lecho rocoso.

Aunque no es el único glaciar de los que mueren en las costas de la península antártica (la parte occidental del continente), la situación es vista como un avance de lo que vendrá en una Antártida que, a diferencia del Ártico, parecía mucho más estable.

Los científicos saben que, al menos desde el inicio de las observaciones desde el satélite en 1992, Pine Island está de retirada. La idea más aceptada es que el agua del mar de Amundsen que lo rodea, más cálida, está socavando la base del glaciar y empujando hacia atrás su línea de tierra, la que marca la parte que está sobre el continente de la que flota sobre el mar.

Para un grupo de investigadores europeos y estadounidenses, el desajuste de Pine Island se inició en 1945 o alrededor de ese año. ¿Qué lo provocó?. Según cuenta el diario El País de España, los autores de esta investigación publicada en la revista Nature, creen que fue un episodio muy cálido de El Niño, de 1939. Este fenómeno climático de carácter cíclico y una duración de cinco a siete años se desarrolla en el Pacífico central y calienta las corrientes superficiales, afectando al clima no solo de las costas americanas y asiáticas, sino a casi todo el planeta. Su contrario, La Niña, está protagonizada por un proceso de enfriamiento provocando varios años de frío y sequedad.

Los científicos llegaron a la parte frontal del glaciar. Allí, con una capa de hielo bajo sus pies de unos 500 metros, horadaron el suelo helado hasta llegar al mar bajo el glaciar. Siguieron bajando otro medio kilómetro hasta llegar al lecho marino. Entonces agujerearon la capa superficial, obteniendo cilindros de unas decenas de centímetros. Como sucede en una excavación en tierra, los sedimentos marinos se presentaban en capas o estratos.

Así pudieron determinar que, alrededor de 1945, el agua del mar calentada por El Niño se coló por encima de una elevación rocosa submarina bajo el glaciar, creando una cavidad que fue creciendo con los años a costa del hielo. Estos bocados sobre la línea de tierra hacen que el glaciar avance más deprisa y adelgace.

Lo más intrigante es que períodos de frío como el de la Niña de 2012, que enfriaron el mar de Amundsen, no favorecieron la recuperación del hielo.

 

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