Arquibiotecnología en el cielo de Taiwán: una torre con más de 23.000 árboles

En Taipéi, la capital del país asiático, se construye la torre Tao Zhu Yin Yuan, conocida en el exterior como Agora Garden, un edificio en forma de doble hélice que tiene por objetivo ayudar al medio ambiente.

La obra es autoría de Vincent Callebaut, un arquitecto belga que promueve el aspecto ecológico en su disciplina con una estructura que será capaz de absorber hasta 130 toneladas de emisiones de C02 al año.

Según refleja el diario El País, en septiembre, cuando terminen las obras, la torre contará con más de 23.000 árboles que se distribuirán en los amplios balcones posibilitados por la espectacular forma de construcción.

Aunque Taipéi tiene niveles de contaminación que no llegan a los de las grandes capitales de sus vecinos continentales, este “bosque forestal urbano”, como define a la torre su creador, le brindará a la ciudad “una correcta simbiosis entre el ser humano y la naturaleza”.

El novedoso diseño no impidió que la discusión sobre el impacto ambiental del mismo sea cuestionado: “Este edificio verde debe ser considerando ante todo como un edificio con viviendas de lujo. La relación entre el beneficio medioambiental y el coste del mismo da para un debate”, apuntó Germain Canon, arquitecto con sede en Taipéi. “Se da mucha importancia al transporte en automóviles [hay un ascensor para coches que lleva a cada departamento] y la superficie de cada vivienda es muy amplia, en una ciudad donde muchas familias no pueden permitirse ser dueñas de una vivienda”, añadió el experto.

Para llevar a cabo el Agora Garden, Callebaut ha encontrado inspiración en diferentes ideas. La filosofía china tradicional tiene su espacio en el edificio, a través del taiji; la manera en la que rota la estructura sigue los preceptos de este concepto relacionado con el principio generador de todas las cosas.

El diseño encuentra inspiración en la estructura del cuerpo de un esquiador: el núcleo central de la torre es el cuerpo humano, la estructura reticular de cinco metros a partir de la planta 21 son los brazos y las mega-columnas a ambos lados son los bastones de esquiar”. Así define el belga su creación, la cual utiliza materiales reciclados o fáciles de reciclar para su construcción.

A la pretensión ecológica del edificio se unen un sistema estructural suspendido y uno de vigas Vierendeel (un sistema de vigas por cada dos pisos) que transfieren todo el peso desde los brazos (bastones de esquí) al cuerpo (núcleo central) y luego hacia abajo, a la fundación. El resultado es un diseño estructural único que combina mecánica y estética.

Canon ve en el Agora Garden una nueva constante en el mundo de la arquitectura: “La estructura forma parte de una tendencia reciente en el diseño de torres, enfocada en formas orgánicas o irregulares. Estos diseños buscan distorsionar los clásicos bloques de pisos, los cuales están hechos a base de repetición y planes básicos”.

La torre Tao Zhu Yin Yuan representa con énfasis los preceptos de la arquibiotecnología, una combinación de varias disciplinas (arquitectura, biotecnología y tecnologías de la información y la comunicación –TIC-) creada por el propio Callebaut. A través de esta suma, el arquitecto se mueve, más allá de los planos, por dimensiones como “las formas, las estrategias y los ecosistemas”, apunta el creador y añade que de esta manera “la arquitectura se convierte en algo metabólico y creativo”.

Más allá del Agora Garden, el estudio de Vincent Callebaut, con sede en París, está detrás de varios diseños futuristas que se encuentran en diferentes fases de producción. The Gate, en El Cairo, es uno de esos proyectos.

La ambición ecológica del creador de The Gate es una máxima que se está imponiendo con fuerza en la construcción de edificios. Canon menciona, entre otros, referentes como “The Interlace en Singapur, los proyectos de Vo Trong Nghia en Vietnam o Tower 25 en Nicosia, del renombrado Jean Nouvel”.

 

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