El desafío de la quinta entrega del programa que se emite los domingos por Telefé dejó mal parados a la mayoría de los participantes, pero el geselino Patrick Lechner destacó por la ejecución de su plato. No le alcanzó para hacerse con la llave de la cocina, pero sí para quedar afuera de la zona de eliminación.
La “batalla de cocina”, en la búsqueda de un retador para Gonzalo en el restaurante, pretendía una exposición de creatividad de parte de los concursantes de Dueños de la Cocina, pero los jurados Narda Lepes, Donato de Santis y Christophe Krywonis se quedaron con las ganas. La consigna era elaborar una masa con un factor sorpresa y a modo de ejemplo, di Santis hizo un ravioli a los Nino Bergese.
Los cocineros no hicieron más que copiar la receta, ya que todos, excepto Camila, se inclinaron por preparar algún tipo de raviol. Sin embargo, en la decepción general, Patrick –que vive en Villa Gesell desde hace más de 30 años- se llevó los elogios del jurado por su raviolón negro de salmón y almendras.
Le faltó creatividad, pero Narda no tuvo dudas: “La sorpresa la diste vos. El punto de todo estaba perfecto”, le aseguró. Patrick fue elegido junto a Camila por haber elaborado los mejores platos, pero su compañera se quedó con la llave y el liderazgo de la brigada que enfrentó a Gonzalo en la prueba del restaurante.
“Salir segundo entre todas estas bestias me pone contento”, resumió el geselino, quien volvió a quedar relegado al salón en el reto principal, pero continúa a paso firme en Dueños de la Cocina.