El brote de contagios de encefalomielitis equina en provincias argentinas generó alerta en autoridades, que declararon la emergencia sanitaria en todo el territorio nacional. Especialistas advirtieron que, pese a ser “altamente letal” para animales, no supone una afección grave para la salud de las personas.
En la última semana se confirmaron casos positivos del virus en la provincia de Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Santa Fe y Córdoba. Además, se registraron “diversas notificaciones de sospechas de equinos con sintomatología nerviosa” y de casos de mortandad en esas provincias y en Entre Ríos.
“La encefalomielitis equina es una enfermedad exótica en la Argentina, registrada por última vez en 1988 y que es producida por un virus que transmiten los mosquitos”, explicó Alberto García Liñeiro, profesor titular de la Cátedra de Salud y Producción Equina de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
La enfermedad, en sus distintas variantes, se considera una “amenaza para la salud pública internacional” por su “alto potencial para traspasar fronteras”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) con base en el Reglamento Sanitario Internacional.
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Se trata de un virus que transmiten las aves a los mosquitos en épocas estivales. A partir de la picadura de mosquitos infectados, pueden afectar a varios vertebrados, entre ellos los equinos y seres humanos, que son hospedadores terminales.
Contagios, síntomas y prevención
Si bien hay posibilidad de contagio, García Liñeiro sostuvo que “no se trata de una afección grave para la salud de seres humanos”. Hasta el momento, “no hay reportados contagios en personas” en el país.
“Esta es una enfermedad primaria de los caballos que puede darse en los humanos pero que esencialmente se presenta en equinos. Los caballos están en el campo, con más tiempo de exposición que el humano”, explicó en diálogo con Télam.
Para su prevención, es importante el control de mosquitos mediante la eliminación de criaderos y el uso de repelente para las personas.
En casos de contagio con la variante del Oeste, los humanos “no suelen presentar signos, se desarrolla muy leve en los adultos y con muy pocas muertes”.
La sintomatología incluye fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. “Es importante prestar atención y consultar a un médico ante la presencia de confusión, temblores o eventualmente convulsiones”, enfatizó el especialista.
Las autoridades sanitarias instaron a la ciudadanía a que, ante el hallazgo de equinos con sintomatología compatible con enfermedades neurológicas o muertos, se notifique de inmediato al Senasa mediante las distintas vías de comunicación disponibles.
En tanto, el organismo ordenó restringir al mínimo posible los movimientos de los equinos desde las provincias afectadas, intensificar la vigilancia de posibles casos sospechosos y la vacunación de los equinos.