Registran un gran retroceso en las ventas de bebidas con y sin alcohol

La retracción en el consumo en Argentina es aún una tendencia y los especialistas advierten sobre una preocupante caída sin freno de las ventas, durante los primeros meses del año, de las bebidas alcohólicas y sin alcohol.

Cámaras empresarias y especialistas en logística de distribución del rubro marcan retrocesos en facturación de hasta un 23%.




A pesar de una baja en los índices de inflación, las ventas minoristas, sobre todo en el rubro de alimentos y bebidas continúan con índices negativos.

Al respecto desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) aseguraron que las ventas bajaron un 8,5% anual en abril, acumulando una caída del 23,8% frente al mismo período de 2023.

 

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Contracción en las ventas alcohólicas y sin alcohol

Un relevamiento de Nextbyn -empresa rosarina especializada en software de distribución de consumo masivo con una base de más de 1.500 distribuidoras a las cuales les brinda servicio-, da cuenta de esta tendencia, registrando que entre enero y abril las gaseosas de primeras marcas tuvieron una caída del 21% en su facturación, mientras que las de segundas marcas perdieron el 23% teniendo en cuenta la inflación acumulada.

Después de eso se registró que el segmento de los vinos también experimentó una baja promedio de aproximadamente el 10%, siendo la cerveza, el segmento de bebidas con alcohol más golpeado con una pérdida del 23% (vale aclarar que históricamente varía el consumo entre los meses de verano y los más fríos).

Estos datos también fueron alertados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) al relevar que las bodegas locales vendieron un 6,3% menos durante 2023 que durante 2022, es decir que de un año al otro, los argentinos dejaron de consumir 52,4 millones de litros de esta bebida y, según advierten, esta tendencia a la baja se continúa acrecentando durante los primeros meses de 2024.

 

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Estrategias para incentivar el consumo

En este contexto, los grandes productores comenzaron a diseñar estrategias para incentivar el consumo a través de promociones y activaciones.

“Los puntos de venta, sobre todo los supermercados de cercanía, son un gran termómetro de lo que está viviendo la gran mayoría de las personas. Ahí nosotros detectamos cambios de hábito, hoy se privilegian las promociones. Además el volumen de compra también disminuyó, se opta más por la compra unitaria que en cantidad. Estos datos sobre el comportamiento de los consumidores son cada vez más requeridos por los super y distribuidores porque de esta manera los ayudamos a poder planificar mejor y predecir qué beneficios o promociones acercar”, explica Elvio Cescato, fundador y CEO de Nextbyn.

En este sentido, la CAME concuerda y advierte que el comercio minorista sigue sintiendo la dinámica decreciente del poder adquisitivo de los consumidores, que recortaron gastos en todos los rubros.




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