El mundo amaneció este lunes con la triste noticia de la muerte del papa Francisco y ante este escenario, se avecina la elección de un nuevo sumo pontífice. Un repaso sobre cómo será el proceso.
En principio, a partir del fallecimiento de Francisco, comenzó para la Iglesia un período que se llama de ‘Sede Vacante’. Durante el mismo rige el principio de ‘nihil innovetur’, es decir que no se innove nada.
Según explica la agencia de noticias católicas ACI, el gobierno de la Iglesia queda confiado al Colegio de los Cardenales solamente para el despacho de los asuntos ordinarios o de los inaplazables y para la preparación de todo lo necesario para la elección del nuevo Papa.
El cónclave
Una vez que termine el período de luto, los cardenales -siempre que sean menores a 80 años- se reunirán en cónclave para proceder a la elección del nuevo pontífice. Actualmente son 137 los que cumplen con esta condición. Si bien el plazo es de 15 días después de la vacante, el mismo probablemente sea menor en esta ocasión.
Así, el encuentro se realizará en la Capilla Sixtina, en Roma, a donde deberán acudir los cardenales. Es que el proceso exige la presencialidad, ya que la votación es además individual y secreta.
La votación
El día fijado para el comienzo del cónclave, por la mañana, se reúnen los cardenales electores en la Basílica San Pedro, y celebran la misa votiva ‘Pro eligendo Papa’. Esa misma tarde los cardenales acuden en procesión a la Capilla Sixtina. Al llegar emiten solemne juramento.
Así, estopa permitido que se empleen medios técnicos para asegurar que no se instalen medios audiovisuales de grabación y transmisión al exterior.
Murió el papa Francisco. (Crédito foto: Daniel Ibáñez / EWTN News).
Actualmente, el único modo válido de elección de un nuevo Papa es por escrutinio y quien resulte elegido deberá contar con al menos dos tercios de los votos.
En tanto, si después de 24 escrutinios los cardenales no consiguen ponerse de acuerdo sobre el cardenal elegido, podrán decidir por mayoría absoluta el modo de proceder.
Después de cada elección se queman las papeletas. La tradición indica que los cardenales provoquen con paja seca o húmeda que el humo sea negro, si no se eligió al Papa, o blanco si hay acuerdo. Es la conocida fumata negra o fumata blanca, que suele ver el pueblo romano desde la plaza San Pedro.