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Las pruebas de ADN en los vehículos de Gendarmería no coinciden con las de Maldonado

El último examen de ADN realizado en el caso de Santiago Maldonado, quizá el más importante, lejos de aclarar las cosas, aumentó el misterio: los restos encontrados en los vehículos policiales, después de analizar más de 80 muestras entre pelos y sudor, no coinciden con los de Maldonado.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, visiblemente satisfecha, dijo que el resultado “despeja muy fuertemente las acusaciones de una desaparición forzada, como fue acusado el gobierno desde algunos sectores”. En esa línea, insistió: “La prueba de ADN dio negativa en las camionetas. Eso aleja la hipótesis de un plan sistemático y abre otras nuevas”, agregó, sin aclarar cuales.

Las pruebas señalan que muchas de las muestras recabadas “no son cotejables”, esto significa que no tienen suficiente perfil genético para ser comparadas. Pero en otras sí se ha podido comprobar con certeza que no pertenecen a Maldonado. El juez del caso, Guido Otranto, ha descartado también que los vehículos hubieran sido lavados, como sugerían los mapuches.

El misterio crece pero la principal hipótesis sigue siendo la de que el culpable fue algún gendarme que acabó con la vida del desaparecido durante la represión. El gobierno, que durante las primeras semanas defendió con firmeza a la Gendarmería y rechazó su responsabilidad, ahora ha girado por completo al comprobar que el asunto le había provocado un serio problema político con un deterioro de su imagen.

Ahora hasta la ministra de Seguridad, que se negó a relevar a los responsables del operativo, admite que las investigaciones se están centrando en un grupo de siete agentes que estuvieron cerca del río donde pudo haberse ahogado Maldonado.

 

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