La memoria del sabor

2017 fue el año en el que el cocinero geselino Patrick Lechner llegó a la final del programa Dueños de la Cocina, apenas un evento local pero con gran referencia respecto a lo que sucede en todo el continente, en donde la gastronomía latinoamericana vive un momento decisivo enmarcado en una lucha generacional.

El dinamismo y el avance que exhibe la cocina en América Latina es la mejor noticia del año gastronómico que se termina. Cocinas que salen del silencio y empiezan a mostrarse con timidez mientras exploran caminos nuevos, con el nacimiento de algunos locales sin millonarios recursos que merecen consideración.

Las cocinas de toda la región viven un proceso que, según señala el periodista Ignacio Medina en el diario El País, se podría antojar decisivo, enmarcado en una lucha de carácter generacional. Los protagonistas en cada país son dos o tres promociones de cocineros jóvenes que empiezan a cambiar las reglas del juego, amenazando el estatus de la vieja guardia culinaria, allí donde todavía ejerce su mandato, y creando nuevos marcos para el desarrollo de la cocina local donde nunca tuvo un lugar en los comedores de referencia.

Para aquellos que han seguido la temporada del 2017 de Dueños de la Cocina, la relación de este contexto con la historia de Patrick es clara. El chef geselino es parte de la camada de jóvenes profesionales que quieren hacer las cosas de forma diferente. La última oleada llega con ideas, conceptos y propuestas que definen los nuevos usos de consumo en Europa y en Estados Unidos, adaptándolas a la realidad local y alumbrando propuestas interesantes.

El crecimiento de este mercado siempre tiene además un efecto dinamizador. Detrás del éxito mediático -nunca bagaje suficiente para pensar que todo está aprendido-, es clave separar las situaciones especialmente extrañas de los programas de televisión con sus cocineros divididos en facciones y embarcados en enfrentamientos que no parecen tener fin. En caso de lograrlo, se logrará descubrir que el activismo gastronómico es, sobre todo, consolidar y poner en valor las despensas de cada casa, con todo lo que eso significa para tener una vida mejor.

 

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