La crisis económica en Argentina llevó al gobierno de Tabaré Vázquez a lanzar una batería de medidas preventivas por el principal temor que concentra el turismo de ese país ante una cifra contundente: el 60% de los viajeros que visitan Uruguay son argentinos.

Con la devaluación de más del 50% registrada durante este 2018, para un argentino es ahora mucho más caro salir del país y tener que pagar con una moneda distinta. A fin de compensar parte de la brecha cambiaria que se abrió entre los dos países, el gobierno uruguayo volverá a devolver el IVA aplicado a todos los turistas extranjeros en sus compras.

Por otro lado, pondrá en marcha ayudas a los sectores exportadores que puedan verse afectados por la crisis en Argentina y establecerá controles para evitar la ruina de los comercios de las zonas de frontera, que ven como los uruguayos cruzan hacia el lado argentino para sacar provecho de los precios más competitivos.

“Los hechos tan dramáticos que viven Argentina y Brasil demuestran fehacientemente la solidez de la conducción política de los tres gobiernos del Frente Amplio” salió a decir esta semana Tabaré Vázquez. Pese a su aparente triunfalismo, la crisis argentina es una pésima noticia para Uruguay.

El país rioplatense transita un contexto regional difícil que convierte en peligrosas ciertas fragilidades: su déficit fiscal llegará este año al 4%, la deuda pública alcanza el 56% del PBI, con un 40% emitida en dólares y, según un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, muchas de las familias que salieron de la pobreza pueden volver a ella muy rápido si la economía empeora. La inflación se mantiene alta, un 8% anualizado a junio, lo que socava el poder de compra de los salarios.

Cartel indicativo en playa Punta Rubia, este uruguayo. (Foto Rafael Estefanía vía elpais.com)