Los latinoamericanos tienen en promedio una cuarta parte del ingreso de un estadounidense

Un informe de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina presentado esta semana en Bogotá arroja un diagnóstico sobre el panorama socioeconómico en la región e insta a los gobiernos a poner en marcha una agenda de reformas estructurales.

«El habitante latinoamericano promedio tiene una cuarta parte del ingreso de un estadounidense típico. Incluso dentro del grupo de países más avanzados de la región, el nivel de ingreso per cápita actualmente fluctúa aproximadamente entre 20% y 40% del de Estados Unidos», señala el informe difundido por el diario El País de España.

«En el año 1960 el habitante latinoamericano promedio tenía un 20% del ingreso de un estadounidense típico. Hoy, la situación sigue siendo prácticamente la misma. Otros países, por el contrario, han mostrado importantes avances en el mismo periodo: Corea del Sur, por ejemplo, pasó de un ingreso per cápita del 7% del de Estados Unidos a uno del 67% en ese período» agrega el estudio.

CAF es un banco de desarrollo constituido en 1970 y conformado por 19 países – 17 de América Latina y el Caribe, España y Portugal– y 13 bancos privados de la región

«La productividad laboral», según la institución a cargo del análisis regional, «es de alrededor del 30% con relación a la de Estados Unidos, en contraste con la del Reino Unido, del 75%, Australia, del 82%, o Alemania, del 90%».

El informe de CAF apuesta por aplicar una agenda de reformas institucionales que se han abordado durante dos días en un encuentro de alrededor de 500 líderes latinoamericanos realizado en Colombia.

Esas reformas deben, según el banco, no solo promover la competencia, sino «fomentar la cooperación entre empresas mediante el desarrollo de conglomerados productivos; impulsar ecosistemas innovadores y la adopción tecnológica; mejorar el acceso al financiamiento de empresas y reducir las barreras de oferta y demanda para el acceso a recursos financieros formales por parte de empresas e individuos; o limitar los marcos regulatorios y políticas hostiles que dificultan la entrada y salida de empresas y afectan la eficiencia en la asignación de recursos productivos».

 

 

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