Amplían la búsqueda de la menor desaparecida en Madariaga a Santiago del Estero

En el marco de la causa que investiga la desaparición de Rocío Marilyn Moyano, joven de 14 años, en la localidad de Madariaga, la Justicia baraja a un conflicto intrafamiliar como una de las hipótesis. Se busca determinar si está en Santiago del Estero, donde residiría su madre y quien recientemente pidió la tenencia de la menor.

La adolescente falta de su casa desde el martes, cuando su padre la dejó en la puerta de la Escuela Secundaria N° 5 de avenida Buenos Aires y Urrutia, en Madariaga. Según informó el departamento de Prensa de la municipalidad, Rocío posee antecedentes de fuga del hogar, de acuerdo a lo relatado por sus allegados.

Para intentar dar con la joven, personal policial recorrió los domicilios de sus amigos, además de visualizar las cámaras del COM y verificar en diferentes espacios públicos de la ciudad. Asimismo, cotejaron datos en las terminales de Madariaga y Pinamar para verificar si la chica pudo haber abordado un colectivo con destino a Retiro -en Buenos Aires- o a Mar del Plata.

En esta línea, desde el ámbito judicial solicitaron a remiserías y taxistas que aporten datos sobre Rocío, quien tiene contextura delgada, pelo largo color castaño oscuro y un piercing en la nariz. No obstante, una de las hipótesis es que se haya ido a Santiago del Estero donde viviría su madre.

Es que la mujer se presentó en Madariaga hace 10 días y reclamó su tenencia ante la Justicia de Paz, aunque la misma le fue denegada. De acuerdo a la información difundida por el municipio, la madre “intentó presentar una denuncia por secuestro en la fiscalía local y no se le aceptaron porque Rocío vive con su padre desde hace 10 años y es quien tiene la tenencia”.

Ante esto, la dirección de investigaciones se aprestaba a pedir colaboración a sus pares santiagueños para extender a ese territorio las pesquisas.

El padre de Rocío fue el último en verla cuando la dejó en la puerta del establecimiento escolar a las 13:20 y recién a las 19:14 recibió un mensaje de texto que decía: “Pa, estoy bien” como última señal de la menor. Al momento de desaparecer vestía pantalón negro o azul oscuro, zapatillas negras con un rombo dorado y una campera oscura.

 

 

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