Este viernes se cumplieron 22 años del atroz asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas. En la cava de la ruta 11 -a la altura del kilómetro 385- donde fue encontrado su cuerpo calcinado, las autoridades de la región se congregaron para rendir su debido homenaje.
El reconocimiento fue realizado pasadas las 10.30 en el paraje “Manantiales”. No se trató del acto oficial, ya que el mismo se realiza por primera vez desde el crimen fuera de Pinamar por decisión de la familia, que busca llevar el reclamo de justicia a todos los rincones del país.
En la ceremonia local se repudió “la injusticia, la perversa muerte” para luego enaltecer la memoria de “este incansable trabajador de prensa”. El intendente de Madariaga, Esteban Santoro, y el abogado apoderado de la familia, Amado Alejandro Vecchi, acercaron una ofrenda floral al monumento.
Luego el cura párroco Daniel Clemente hizo una oración en memoria del reportero asesinado hace 22 años en aquel lugar, seguido de un emotivo minuto de silencio. Tras escucharse el discurso del jefe comunal madariaguense, se invitó en micrófono abierto a quienes quisieras hacer uso de la palabra, mientras que el cierre estuvo a cargo de Vecchi.
Cabezas era reportero gráfico de la Revista Noticias y había logrado aquel verano de 1997 la primera foto del poderoso empresario Alfredo Yabrán. Fue secuestrado y llevado a una cava a 13 kilómetros de la ciudad de Pinamar. Esposado y de rodillas, le pegaron dos tiros en la cabeza para luego incendiar el auto con su cuerpo en el interior. Yabrán fue investigado por la autoría intelectual del crimen, pero nunca juzgado: se suicidó en 1998.
Los policías Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo fueron condenados a prisión perpetua, al igual que los integrantes de Los Horneros, Sergio González, Horacio Braga, José Auge y Héctor Retana. Camaratta y Retana han muerto, y el resto de los acusados y condenados por el atroz crimen se encuentran hoy en libertad.
En este sentido, fue el jefe comunal de Madariaga el que recalcó que a uno de los asesinos «lo tenemos viviendo entre nosotros«. «Como concejales en su momento lo declaramos persona no grata, no tenemos otro elemento jurídico. Este asesino vive a tres casas de la casa de mis padres y tomamos el compromiso con otros vecinos de que al menos tuviera la condena social, independientemente de lo que haya dicho la justicia”, agregó.
«Este acto, que sirva para recordar, pensar y sobre todo enseñar, porque hay mucha gente que aún no sabe qué hace 22 años acá hubo una muerte siniestra”, concluyó.