Un mes después de que el fabricante estadounidense de automóviles anunciara una fuerte reestructuración en un intento de recuperar rentabilidad en sus instalaciones en Europa, la firma confirmó el cierre de su fábrica brasileña en Sao Bernardo do Campo, en San Pablo, donde despedirá a 2.800 empleados, en su plan de retiro del mercado de camiones en Sudamérica.

La noticia se conoce luego de la situación en la que se encuentra Ford en su planta de Saarlouis (Alemania), donde se cerró la línea de cambios automáticos, la planta de Burdeos (Francia), donde se dejarán de producir sus modelos C-MAX y Grand C-MAX -que Ford quitará de su catálogo por poco rentables-, y las situaciones en Rusia, donde también prevé reestructurar el negocio, y en el Reino Unido, que unificará sede del cuartel general de Ford en Europa.

En territorio europeo, Ford tiene una nueva estrategia: alianzas con otras marcas, y una especialmente con el Grupo Volkswagen para impulsar el crecimiento de su negocio de furgonetas comerciales.

Según detalló el sitio iProfesional, la compañía cesará durante este año en Brasil con la producción de su línea de camiones Cargo, F-4000, F-350 y Fiesta. Una vez que los inventarios sean vendidos, solo quedaran activas otras dos fábricas en el país sudamericano: su planta en Taubaté, interior del estado de San Pablo, y en Camacari, en el estado de Bahía.

Durante el 2018, en camiones, Ford fue la cuarta marca más vendida de Brasil, con un 12% del mercado, detrás de Mercedes-Benz, Volkswagen y Volvo.