En un contexto con el peso en descenso continuo, caídas de los valores bursátiles, inflación creciente y un riesgo-país que llegó a rebasar los 1.000 puntos, diversos gremios y movimientos sociales realizaron este martes 30 de abril un paro de actividades que demostró que la crisis de confianza con el gobierno de Cambiemos se agudiza.
A la creciente incertidumbre política, con el presidente Mauricio Macri bajando en los sondeos y la expresidenta Cristina Fernández cada vez mejor situada, se suma la incertidumbre económica: pesan grandes dudas sobre la capacidad gubernamental de controlar la inflación.
Para hacerse una idea de la desconfianza internacional hacia Argentina, conviene subrayar que ningún otro país de la región, salvo Venezuela, paga un riesgo país superior a 250.
La jornada de cese de actividades incluyó movilizaciones en las principales ciudades del país lideradas por miles de manifestantes. Gremios del Frente Sindical para el Modelo Nacional, las dos CTA y movimientos sociales realizaron diversos actos centrales en contra del modelo de ajuste impuesto por Macri en unión con el Fondo Monetario Internacional.
Desde una planta potabilizadora en la localidad de Punta Lara, partido de Ensenada, junto a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, Macri confrontó este martes con los gremios por el paro y continuó su campaña electoral: “Los argentinos hemos decidido no volver atrás. Sabemos que el cambio es una aventura, que como toda aventura tiene riesgos. Volver al pasado sería autodestruirnos”, dijo en modo proselitista.
“El día en que otros, en un momento difícil del país, deciden parar. Nosotros no, nosotros estamos acá trabajando para construir ese futuro mejor para todos” expresó el presidente.