El proyecto para crear un parque nacional en la zona de la reserva del faro Querandí en Villa Gesell permanece vigente y supone una apuesta que cambiará de manera notoria el futuro de la región, con impactos positivos en múltiples circunstancias a valorar.
Las desavenencias que paralizan su efectiva aplicación pero sobre todo los beneficios que deparará su concreción en un futuro día, fueron materia de análisis de Telégrafo en diálogo con el vicepresidente de la Administración de Parques Nacionales, Emiliano Ezcurra, uno de los principales impulsores del plan.
Años atrás, Ezcurra expuso en una jornada al respecto del proyecto en el Senado de la Nación y eligió ser muy crítico con aquellos que impusieron trabas para su avance legislativo. “No era que se le decía no al parque. Hay que proveer de las distintas opciones del proyecto a la comunidad que básicamente tienen que ver con la inclusión de las recomendaciones de la Unesco, en todas las evaluaciones que se hagan de la reserva y su biósfera, entre lo que se incluye la posibilidad de que el parque tenga hasta unos metros de profundidad en el mar”, describió el funcionario.
La intención es dotar al lugar de una “pequeña franja de agua” explicó Ezcurra, algo que puede nutrir al parque de más valor. “Los organismos internacionales sugieren una continuación de los parques en el mar, de hasta los seis metros de profundidad. Hay que afinar un poco el tema en eso, es una franja de mar colindante. De hecho ya se crearon dos parques naciones en el mar. Hubo algún cortocircuito con los pescadores. Pero la pesca desde la costa está permitida en algunos tipos de parque”, ejemplificó el vicepresidente de la APN.
Privado sobre lo público, ¿público sobre lo privado?
Los desacuerdos que hubo en Villa Gesell años atrás para avanzar en el proyecto, quieren ser resueltos por la gestión de Ezcurra, que busca ser claro al respecto de diversos terratenientes vinculados al futuro del parque.
“La intención en esto es invitar a los responsables de las propiedades privadas a sumar sus territorios en calidad de reserva nacional, una categoría que se hace solamente con los sectores privados que entran en un régimen de manejo especial, donde mantienen su dominio privado mientras el municipio mantiene el dominio en gran parte del predio del Faro Querandí”, explicó Ezcurra.
“En el lugar tendrá jurisdicción la Administración de Parques Nacionales y entre las jurisdicciones existentes hay tipos de parques que permiten el dominio pirvado”, agregó el directivo.
Ezcurra celebra que exista “buena voluntad del propietario privado, que se pregunta que restricciones tiene al dominio el desarrollo del proyecto, algo lógico, si es compatible con la ganadería de pastizales. Y todo eso es posible. Ahora si ellos quieren incrementar el desarrollo de sus campos, con maquinarias e industrializar el lugar, es otra cosa. Pero si lo quieren mantener como ahora, con una carga ganadera razonable, no hay problema. Está comprobado que la carga ganadera ya está y el ambiente permanece”, describió.
Apoyo que crece
Para Ezcurra, no hay dudas: “El consenso de la comunidad científica es cada vez más contundente. No cualquier lugar puede acceder a una categoría así. Esto es algo bueno para la comunidad y no es privativa de este ni de ningún gobierno. La creación de parques nacionales es algo que Argentina practica desde hace mucha tiempo. Esto no es de ninguna bandera política”, zanjó el vicepresidente de la APN.
“Hay dos cosas fundamentales a tener en cuenta con este proyecto. La primera es el blindaje jurídico de la zona: una vez que tiene la protección de la ley de parques nacionales es imposible que se realice cualquier tipo de desmán o planificación territorial sobre el lugar. Se mantiene la reserva tal cual está hoy, con un blindaje perfecto”, resaltó Ezcurra y rápidamente explicó diferencias.
“Una reserva creada por una ley provincial se puede desactivar con otra ley provincial. En la Argentina una ley de la APN es doble y es imposible su vuelta atrás. Desactivar una legislación nacional es prácticamente imposible. Nunca ha ocurrido”, sentenció el funcionario.
Al cuidado del medio ambiente, se le suman los recursos
Blindar un área territorial de tanta belleza y exclusividad natural para que todas las personas puedan disfrutarla en su magnitud, es algo que repercute de lleno en la comunidad circundante.
“La otra cuestión fundamental es que Parques Nacionales es una marca muy fuerte. Genera la posibilidad de poner el sitio en valor, darle una visibilidad pública más amplia, atraer turistas que no solo visitarán el Faro Querandí. Ese turismo podría generar en Villa Gesell y la zona trabajo, licitaciones e inversiones por fuera de temporada. Se generarán oportunidades de emprendimientos que podrán trabajar en invierno”, describió Ezcurra al respecto.
La unión entre Villa Gesell y Mar Chiquita
La opción de unir la reserva Faro Querandí del sur del partido de Villa Gesell con la reserva de biósfera de la laguna de Mar Chiquita, ubicada en el norte del distrito homónimo, haría que la zona de protección se extienda en muchos kilómetros, algo de extremo valor para la naturaleza del territorio argentino.
“El OPDS es el que opera la laguna de Mar Chiquita, que es un poco la idea de darle continuación al proyecto, generar un mosaico compartido, como sucede en el Parque Nacional los Esteros del Iberá. Una parte sería nacional y otra parte provincial. Ese convenio garantiza que los brigadistas de la APN o del OPDS puedan trabajar en un lugar u otro y se manejen como una única unidad de conservación pero con jurisdicción compartida”, concluyó Ezcurra.
“Lo que se terminó de conversar para el momento en que sea necesario avanzar, es crear sobre faro Querandí específicamente un área de parque nacional, desde el faro hasta el límite con el partido de Mar Chiquita, y desde el faro hacia el norte mantenerlo en la categoría de reserva nacional. Así una parte sería reserva nacional, con jurisdicción de parques pero dominio del municipio, y otra parte, del faro al sur, sería dominio y jurisdicción de parques nacionales”, detalló el funcionario.
Ezcurra explicó que en paralelo “se mantiene el diálogo con la OPDS para trabajar coordinadamente con la reserva provincial de Mar Chiquita, de manera tal que Mar Chiquita se integre como unidad de conservación. Idealmente Mar Chiquita podría formar parte de un parque nacional, pero caso contrario, por lo menos, ser parte de la misma unidad en términos de manejo, que es lo que ocurre con Iberá y otros parques en Tucumán, Corrientes y Santiago del Estero. Es un área bastante crítica y por eso es importante que Mar Chiquita esté dentro del mismo polígono de conservación, más allá de que esté dentro de parques o se mantenga en órbita del OPDS, que es una categoría provincial”.
Geografía
El área en debate se extiende desde los médanos de Villa Gesell, todo el frente del Mar Argentino de un lado hasta el sector delimitado por la ruta 11 del otro, en paso por el predio de la reserva del Faro Querandí que es un rectángulo, hasta la zona de la albúfera de Mar Chiquita, donde hay zonas de playa y pajonales. “El parque es como si fuese una porción de pizza” visualiza Ezcurra geográficamente.