Evo Morales se impuso con el 45,8% pero no pudo evitar la segunda vuelta

Telégrafo viernes, 18 octubre, 2019

Con casi el 84% de los votos escrutados, el presidente de Bolivia, Evo Morales, logró un 45,7% de los votos en las elecciones generales celebradas este domingo y su principal adversario, Carlos Mesa, un 37,8%. Los resultados provisionales apuntan a que por primera vez en ese país sudamericano habrá un desempate.

El candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS) llegó a un 45,7% insuficiente para revalidar el cargo y se enfrentará al exmandatario Mesa en la segunda vuelta, prevista para el 15 de diciembre.

El aspirante de la plataforma Comunidad Ciudadana, el líder más visible de una oposición muy fragmentada, obtuvo el 37,8% de los votos por encima del ultraconservador pastor presbiteriano Chi Hyung Chung: el médico de origen coreano llegó al 8,7% y quedó tercero.

El Tribunal Supremo Electoral empezó a retransmitir los datos del escrutinio pasadas las siete de la tarde. Sin embargo, antes de las ocho el conteo se quedó estancado en el 83,85%.

La misión de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que encabezó la observación internacional de la jornada electora, pidió explicaciones a las autoridades a través de Twitter. «Fundamental que el TSE explique por qué se interrumpió la transmisión de resultados preliminares y que el proceso de publicación de los datos del cómputo se desarrolle de manera fluida», señaló el organismo.

Más de siete millones de bolivianos estaban llamados a las urnas este domingo en unas elecciones determinantes para examinar el estado de ánimo del país. El resultado arroja, en cualquier caso, un escenario de profunda división política. El objetivo de Morales ya no era superar el 60% de los votos como en 2009 y en 2014, sino evitar una segunda vuelta. Los resultados preliminares reflejan una pérdida de más de 10%.

El crecimiento económico de Bolivia, que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) cerrará el año al 3,9%, fue una de las claves de su aceptación al igual que la reducción de la pobreza. Con todo, los representantes de la oposición consideran que el modelo, esencialmente extractivista, ha dejado de ser viable.