Corea del Sur, ejemplo para reducir los casos de coronavirus

China y Corea del Sur son dos países que consiguieron revertir la tendencia de infecciones de Covid-19 hasta el punto de estar cerca de vencer a la epidemia.

Corea es un país desarrollado, con una población de 51,4 millones de habitantes, una media de edad de 42,2 años y una esperanza de vida de 82,6. Las medidas que ha tomado ese país a diferencia de otros para hacer frente al coronavirus han sido muy distintas.

La reacción de esa nación asiática fue mucho más rápida y decidida. Cuando sumaba medio centenar de casos —según los datos consolidados de la Organización Mundial de la Salud (OMS)—, el alcalde de Daegu, la ciudad del primer foco, habló de una “crisis sin precedentes” y pidió a todos los ciudadanos que se quedasen en sus viviendas y que usasen mascarilla en todo momento, incluso dentro de sus casas.

 

 

Ese aviso del alcalde llegó el 20 de febrero, cuando se descubrió que el virus se estaba propagando en una secta. Al día siguiente (el 21 de febrero) con un centenar de positivos, el primer ministro coreano calificó la situación de “urgente”, y dos días después de “la más alta alarma”. Y esto se tradujo en acciones.

Desde el primer momento, Corea puso en marcha un agresivo plan para hacer pruebas que identificaran el SARS-CoV-2. “A diferencia de otros países, donde solo se hacen test a quienes tienen síntomas, nosotros hemos decidido realizarlos a todo el que haya estado en contacto directo con casos confirmados. En lugar de esperar que los pacientes vinieran, hemos ido a por ellos y buscado posibles infectados para evitar que contagiaran a la comunidad”, decía a CNN Park Neunghoo, ministro de Sanidad coreano, citado por el diario El País de España en un artículo al respecto.

Corea ha realizado desde entonces más de 15.000 pruebas diarias, pero tiene la ventaja de tener en su territorio algunas de las empresas que fabrican los reactivos para detectar el virus. A partir de esa posibilidad, el país puso en marcha una red de casi un centenar de laboratorios para tener los resultados. Esto hizo aflorar numerosos contagios, lo que también resultó en una tasa de letalidad mucho más baja que en otros lugares: un 0,8%, según los últimos datos.

Aunque seguramente eso tenga que ver con que su sistema sanitario es mucho más avanzado que el de China, donde han muerto casi un 4% de los infectados, también se relaciona con realizar test masivos que detectan muchos positivos que en otros lugares habrían pasado desapercibidos, con lo cual la cantidad relativa de decesos baja.

 

 

Cuando en Busan, la segunda ciudad más grande de Corea, se detectó el primer caso, el 21 de febrero, cerraron bibliotecas públicas, competiciones de caballos e instalaciones para mayores como los hogares del jubilado que han sido uno de los grandes focos, según publicaba The New York Times. Con un solo caso. Por entonces, las paradas de metro, las tiendas y los lugares públicos ya estaban llenos de dispensadores de desinfectante de manos. Y se realizaban controles de temperatura a todos los viajeros que llegaban de zonas de riesgo, otra medida que no cuenta con un consenso científico que la avale.

En Corea aplazaron el inicio del curso educativo —cuando surgió el brote no había empezado— también con los primeros contagios y tomaron medidas tan polémicas como geolocalizar personas infectadas en una aplicación de móvil (sin identificarlas) para que otras pudieran ver dónde había mayores focos.

Sin embargo la única diferencia entre Corea y la mayoría del resto de los países no es la actitud de los gobiernos, también la de los ciudadanos. Al día siguiente del llamamiento del alcalde a permanecer en casa, cuando todavía apenas había medio centenar de casos en todo el país, las calles se quedaron desiertas.

 

 

En Corea no hizo falta en ningún momento aislar ciudades. Y es algo que en ese país llevan con orgullo. “Sin dañar el principio de una sociedad transparente y abierta, recomendamos un sistema de respuesta que combine la participación pública voluntaria con aplicaciones creativas de tecnología avanzada”, explicó Kim Gang-lip, viceministro de Salud.

Luego de que llegara a ser el segundo país del mundo en casos, en Corea el número de nuevas infecciones comenzó a caer el 1 de marzo, 10 días después de que se tomaran las primeras medidas, cuando apenas había unas decenas conocidos.

El país asiático sumaba hasta este domingo algo más de 8.000 casos, con una caída constante de nuevas infecciones diarias que ya bajaba de 100.

 

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