Arquitectos piden una mejor planificación en torno al futuro ProCreAr

Ante el anuncio dado por el gobierno nacional el 17 de marzo pasado, sobre nuevos programas y/o proyectos de obra pública con el relanzamiento del plan ProCreAr, el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires Distrito IX ofreció su colaboración para una mejor planificación en los territorios de la región que estarán involucrados.

Desde la conducción del colegio, encabezada por el presidente Eduardo Agüero, el secretario Diego Domingorena y la tesorera Adriana Lucchetti, destacaron las políticas públicas implementadas en el pasado y su efecto positivo generado a nivel económico y social, pero también remarcaron las consecuencias negativas que produjeron al no contar los municipios involucrados con planes de contingencia que permitieran el desarrollo sustentable y sostenible de estas acciones.

 

 

Los profesionales del Distrito IX del colegio trabajan desde la localidad de Necochea hasta la de San Clemente del Tuyú, en el partido de La Costa, en lo que es la región costera, además de tener injerencia en partidos como Balcarce, General Madariaga y Maipú, entre otras comunas ubicadas en zonas mediterráneas.

“Si miramos al pasado reciente, podemos ver claramente cómo cuando los estados locales no están preparados para recibir estas externalidades potencialmente positivas, los efectos sobre los territorios locales son generalmente negativos o terminan convirtiéndose en oportunidades perdidas”, señalaron los profesionales.

 

Para los arquitectos, lo más grave desde el punto de vista del desarrollo territorial fue lo ocurrido con el plan ProCreAr original: “Al no haber una política de generación de suelo urbano accesible desde los municipios, el plan generó una enorme dispersión urbana. Esto se desarrolló de la mano de una generalizada especulación inmobiliaria, por parte de propietarios que ni imaginaban que sus terrenos periurbanos iban a ser repentinamente tan requeridos”.

Desde el colegio recalcaron que “si bien el plan fue bien intencionado y seguramente necesario”, separaron los tantos al considerar que la iniciativa “terminó generando en las ciudades de la costa bonaerense una extensión de la denominada mancha urbana, atrayendo nuevos habitantes hacia sectores que no cuentan con los servicios urbanos básicos, en relación no sólo a la infraestructura, sino también a los servicios propios de la ciudad como el transporte público, la educación, la salud, la seguridad y los comercios, aumentando la extensión y la necesidad de traslados en densidades poblacionales que por tan bajas son insustentables tanto económicamente como ecológica y socialmente”.

 

 

Finalmente los arquitectos consideraron que “si desde los estados locales no se toman medidas que se anticipen a las políticas externas, nada hace indicar que los resultados sean superadores de lo ocurrido en el pasado reciente, con todas las críticas que esto nos merece”.

En ese sentido, desde el Colegio de Arquitectos del Distrito IX, concluyeron: “Los gobiernos locales deberían identificar tierra ociosa, relevar servicios públicos, infraestructura y equipamiento existentes, y enmarcando toda esta data dentro de una estrategia económica, cultural y social en cada localidad, generar nuevo suelo urbano o normar el existente para permitir el sano desarrollo de políticas de vivienda y servicios”.

 

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