La pandemia actual podría duplicar la letalidad de la tuberculosis
Una investigación realizada por la Alianza StopTB en colaboración con el Imperial College de Londres, Avenir Health, USAID y la Universidad Johns Hopkins, que lidera el recuento de casos del nuevo coronavirus en el mundo, concluyó que las medidas de confinamiento impuestas para combatir la propagación de la covid-19 pueden aumentar las muertes por tuberculosis en 1,4 millones durante los próximos cinco años.
Si bien la comunidad científica y médica ya ha planteado el freno que el nuevo coronavirus va a suponer en la lucha contra algunas enfermedades como la malaria o el VIH, este análisis aporta por primera vez cifras concretas sobre lo que puede ocurrir en los próximos cinco años con el avance de la tuberculosis, una enfermedad que casi siempre afecta a los pulmones y que es transmitida por el bacilo de Koch, el cual se estima que porta alrededor de un cuarto de la población mundial, casi siempre de forma latente.
La preocupación radica en que, según la Organización Mundial de la Salud, solo en 2018, la tuberculosis mató a 1,5 millones de personas en el mundo y contagió a diez millones. Su erradicación antes de 2030 es uno de los propósitos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados por la ONU.
En el caso de la tuberculosis, el confinamiento significa hacinamiento para los mil millones de personas que residen en infraviviendas de barrios con malas condiciones de salubridad e higiene. Este es el caldo de cultivo perfecto para la transmisión de la enfermedad, que se produce cuando un contagiado expulsa bacilos tuberculosos al aire al toser o estornudar. Basta con que una persona inhale unos pocos para quedar infectada.
Según revela el diario El País de España en un artículo al respecto, para obtener los resultados los investigadores han simulado varios escenarios tomando los datos obtenidos en tres países donde se han impuesto medidas de aislamiento: India, Kenia y Ucrania en escenarios mejores y peores.
Los resultados obtenidos se extrapolaron para crear estimaciones globales. Con el modelo de la India se realizaron proyecciones para países con alta carga de tuberculosis en los que existe la implicación del sector privado en su erradicación; el modelo de Kenia se tomó como ejemplo de países donde el VIH es un impulsor de la tuberculosis; y el modelo de Ucrania dio una idea de las proyecciones en países con una alta proporción de la enfermedad en su versión resistente a los medicamentos.
Los resultados señalan un retroceso de entre cinco y ocho años en la lucha contra la enfermedad después de años de avances, pues se obtienen cifras de contagio y mortalidad similares a las de 2015. El aumento de muertes de 1,4 millones y de contagios en 6,3 millones corresponden al peor escenario, aquel en el que el confinamiento dura tres meses y el periodo de restauración de servicios dura diez.
Los investigadores señalan que cualquier aumento de enfermos por tuberculosis que acumule un país durante este periodo de crisis puede dificultar el control de la infección durante, al menos, los próximos cinco años.
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