En todo el mundo hay cerca de 200 ensayos en marcha en busca de la anhelada vacuna contra el nuevo coronavirus, aunque apenas ocho de ellos han ofrecido señales esperanzadoras de éxito. Uno era hasta esta semana el que desarrolla la Universidad de Oxford junto a la farmacéutica Astrazeneca, que debió ser abruptamente suspendido esta semana.
Conocida la noticia de la cancelación, el consejero delegado de la empresa anglo-sueca, Pascal Soriot, aclaró que lo sucedido en torno a los ensayos clínicos “es algo muy habitual”.
Así lo explicó el especialista según cita el diario El País de España en un artículo al respecto: “A diferencia con otros ensayos de vacunas es que, normalmente, no está todo el mundo observando atentamente cómo se desarrollan. Lo normal es parar, estudiar lo sucedido, y volver a comenzar”, manifestó Soriot.
Pese al percance, el referente de la compañía se mostró de todos modos optimista rumbo al porvenir inmediato: “Todavía es posible que exista una vacuna eficaz contra el virus para finales de este año o principios del que viene”, aseguró. Para ello, será necesario sin embargo que las autoridades reguladoras den su visto bueno para que se reanuden los ensayos.
En agosto pasado, el presidente Alberto Fernández anunció que esa potencial vacuna se fabricará en Argentina, tras un convenio firmado entre Astrazeneca y la empresa de biotecnología mAbxience del grupo Insud.
Una potencial vacuna contra la Covid-19 será producida en Argentina. https://t.co/W8ZfhqYV0v pic.twitter.com/oUO2TZtDOO
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Lo que viene
“Creo que todavía estamos a tiempo de recabar un número suficiente de datos que podamos someter a la correspondiente aprobación antes de fines de este año”, afirmó Soriot.
De acuerdo a lo reportado por el citado medio ibérico, la Unión Europea firmó el pasado 27 de agosto un primer contrato con la farmacéutica para asegurarse 300 millones de dosis, ampliables a otros 100 millones más.
Son varios los políticos en diferentes países, además de Alberto Fernández, que han transmitido la idea de que la vacuna podría comenzar a suministrarse antes de que acabara 2020, por lo que la suspensión de los ensayos de Astrazeneca y los cálculos más realistas de su consejero delegado han supuesto un freno que preocupa a todo el mundo.
La fase tres del ensayo de la vacuna se paralizó a principios de esta semana, después de detectarse que uno de los voluntarios había sufrido efectos secundarios adversos. Diversas informaciones apuntan a que se trataría de una mujer del Reino Unido, que habría desarrollado mielitis transversal, una inflamación de la espina dorsal. Soriot ha asegurado que el diagnóstico no es aún definitivo y que deben realizarse más pruebas.
Vacuna contra el coronavirus: 25 mil argentinos se anotaron para empezar las pruebas. https://t.co/a7B9qdD6vd pic.twitter.com/ezN8dUdaGl
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