Según un informe realizado por el INTA, en el sudoeste de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro hay más de 7 millones de hectáreas en alerta por riesgos de incendio: es el doble del estimado el año pasado.
En un contexto de déficit hídrico, altas temperaturas y acumulación de material vegetal, el peligro se acrecienta por lo que desde el organismo subrayaron la importancia de prevenir los focos y brindaron recomendaciones, alertas tempranas, índices y prácticas de manejo.
Los especialistas del INTA señalaron que cada año, de noviembre a marzo, se registra la temporada de incendios, pero, en esta oportunidad, “el clima profundiza el riesgo”.
Es que se registra un “marcado déficit hídrico”, que se suma a un pronóstico de temperaturas por encima de lo normal y una acumulación de material vegetal por las lluvias ocurridas entre agosto y septiembre.
Brigadistas de incendios forestales exigen mejoras salariales y formación profesional. https://t.co/rXKFdPZMDp pic.twitter.com/0ByLGBYcKB
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Frente a este panorama, desde el INTA se estimó el área de riesgo para la región centro del país y los informes demuestran que “las hectáreas en alerta se duplicaron”.
En La Pampa, de 2 millones de hectáreas con riesgo entre moderado y severo, se pasó a 4,6 millones, mientras que para el sur de Buenos Aires se estima que hay 1,4 millones de hectáreas en riesgo y otras 1,1 millones en Río Negro.
Esto implica una totalidad de más de 7 millones de hectáreas en alerta, el doble del estimado el año pasado, cuando “no hubo grandes incendios, por lo que quedó mucha materia seca chica en suelo”, según advirtió Alejandro Pezzola, especialista en sistemas de información geográfica del INTA.
Por eso desde el organismo nacional insistieron en la necesidad de tener en cuenta las recomendaciones para productores para prevención, ya que, además, la presencia de numerosos focos de incendios en 11 provincias del país, “dificultaría mucho la disponibilidad de recursos humanos y equipos para combatirlos”.
Prevención de incendios
Para el equipo de investigación del INTA es “fundamental” llevar adelante un buen manejo del campo para reducir el riesgo de registrar focos de incendios durante la época estival. En este sentido destacaron la importancia de realizar tareas de prevención que consisten en mantener limpias de material combustible las picadas cortafuego, alambrados e instalaciones.
Para prevenir los incendios, se recomienda hacer un adecuado manejo del pastoreo y rotación de cultivos en zonas susceptibles de incendio, como así también realizar quemas preventivas controladas en los momentos adecuados durante el año.
Proyectan un protocolo para abordar y prevenir incendios de interfase. https://t.co/lBSy6mVlAT pic.twitter.com/pYxH8Vxzpq
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Las aguadas tienen que estar lo más limpias posibles y ser de una superficie adecuada a la cantidad de hacienda del productor, ya que constituyen un posible refugio para los animales en caso de peligro.
Es imprescindible mantener alambrados, cortafuegos, picadas e instalaciones libres de vegetación, tarea que puede realizarse con arado o rastra de discos en una franja de ocho metros a cada lado del alambrado en los potreros con vegetación baja y de 20 metros en los campos con monte. Asimismo, coordinar con municipios y vialidad provincial-nacional el mantenimiento de las banquinas de rutas.
También es importante no dejar materiales inflamables expuestos a altas temperaturas como leña, papel, pintura y/o combustibles, como así también mantener los accesos despejados y tanques australianos llenos de agua.
En todos los casos, es clave tener muy presente los parámetros de temperatura, humedad y viento para realizar quema controlada, para lo cual es importante consultar los pronósticos climáticos.
Herramientas al servicio del productor
Además de las recomendaciones que brinda el equipo de investigación, también el INTA tiene a disposición de los productores, organismos, asociaciones, municipios y autoridades un mapa de peligrosidad para incendios.
Generado cada año por el Área de Gestión Ambiental y Recursos Naturales del INTA La Pampa, el modelo tiene una predictibilidad del 80 %.
“En el mapa se detalla la ubicación de áreas de alta peligrosidad, con los niveles 3 a 6, para los incendios de la temporada anterior y de la próxima temporada que va de noviembre hasta febrero del próximo año” indicó Pablo Vázquez, especialista en gestión ambiental y recursos naturales del INTA.