Aumentos de combustible: “El problema de fondo es el modelo energético”

Establecido el nuevo aumento en los combustibles por parte de YPF desde el primer día de este mes de febrero, el tercero de 2021, se produjo en lo que va del año una suba promedio de las naftas y el gasoil de entre el 8 y el 10%, según lo dispuesto luego por cada compañía petrolera.

A ese porcentaje registrado en los primeros 31 días del 2021, hay que sumarle las subas autorizadas por el gobierno nacional desde agosto del año pasado, cuando se decidió terminar con el congelamiento de precios dispuesto desde la asunción del presidente Alberto Fernández. Así es como en seis meses los combustibles aumentaron un 37%, un índice que supera cualquiera de los acuerdos salariales del último tiempo e incluso la inflación de todo el año pasado.

 

 

La problemática, que tuvo su peor escenario durante la administración de Mauricio Macri, cuando los aumentos eran igual de constantes pero con el agravante de que se sucedieron durante varios años, llevó al Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata, a la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA) y a la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma) a emitir un comunicado.

Alertados por la situación, la cual repercute en toda la cadena de precios de los productos, principalmente los de la canasta básica de alimentos de las familias argentinas, las diversas entidades citadas expresaron serias críticas a la operatividad con el que se rige el mercado de los hidrocarburos en la Argentina.




“Más allá de los argumentos vinculados a los incrementos de los impuestos, el valor del dólar o de los biocombustibles, el problema de fondo es el modelo energético imperante en nuestro país, regido por la extranjerización y privatización de toda la cadena productiva de combustibles”, expresan las instituciones en la misiva de prensa.

En esa línea, ratifican una denuncia que desde hace años es deshoída: “A pesar de tener a YPF, empresa privada nacional, como la principal expendedora de combustibles, la cadena productiva dolarizada se rige por los precios internacionales de petróleo que nos produce aumentos contantes año tras año. Cuando el precio internacional del crudo sube, aumentan las naftas, pero cuando el precio del commoditie baja, no se traslada eso a los precios en los surtidores, una paradoja”, exclamaron.

“Necesitamos otro modelo energético que no se rija por los valores del mercado y el beneficio de las empresas monopólicas extranjeras, sino que ponga el foco en el desarrollo de un modelo productivo a favor de los intereses populares, de la mayoría del pueblo argentino”, pidieron el conjunto de entidades.

 

 

Finamente, en el comunicado se pide priorizar un cambio en la política desarrollada: “Extraer recursos naturales, combustibles fósiles, gas, petróleo, generar y trasladar energía, ¿para qué y para quiénes? Ese debe ser el debate que nos demos como sociedad, con el acompañamiento de una política a favor de la igualdad social y para terminar con la pobreza”.

“El actual modelo energético es una estafa a los bolsillos de la clase obrera. De nada sirven los incrementos salariales que luchamos en paritarias si luego la inflación se lleva lo conquistado con los tarifazos en los servicios públicos y los combustibles”, concluyeron.

 

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