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“Una química natural”: Fernández y López Obrador fortalecen la alianza entre Argentina y México

La visita oficial que Alberto Fernández comenzó el lunes pasado en México, pretende fortalecer una alianza geopolítica en la región que el mandatario argentino y su par, Andrés Manuel López Obrador, comenzaron a delinear desde hace más de dos años, cuando el presidente mexicano ganó las elecciones y asumió el poder en el país norteamericano.

Determinada ahora por el combate contra la pandemia de coronavirus y la gestión de las vacunas, ambos mandatarios pusieron la mirada en afianzar un nuevo eje antineoliberal en América Latina al reflejar una profunda sintonía política.

“Que México y Argentina estén unidos es un deber que tenemos. Que encaren un futuro común y que esto ayude a la América Latina es una obligación que tenemos, del país más norteño al más austral debemos ser capaces de trazar un eje que una a todo el continente”, afirmó Fernández desde el Palacio Nacional mexicano, sede del Poder Ejecutivo Nacional de ese país, en la que abordó con López Obrador temas bilaterales, regionales y multilaterales.

 

El viaje de Fernández a México es el primero de un gobernante argentino en funciones en una década.

 

Fernández llegó a México para participar de una de las ceremonias de conmemoración de los 200 años de la independencia de ese país, a los que fue especialmente invitado por López Obrador. Estuvo acompañado por el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Culto, Felipe Solá; el secretario de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi, y el embajador argentino en ese país, Carlos Tomada.

El mandatario argentino fue recibido también en la Cámara de Senadores de México, que organizó una jornada especialmente dedicada a su visita. “Es tiempo de trabajar con sensatez y racionalidad y de unirnos para que nuestros pueblos puedan crecer”, afirmó Fernández durante su exposición en la sesión solemne.




“¿De una vez por todas el capitalismo no debería tener un contenido moral que ha tenido en el tiempo?”, se preguntó el Jefe de Estado argentino y, en ese sentido, remarcó: “Podemos recuperar ese capitalismo virtuoso donde alguien invertía y alguien trabajaba, juntos producían y daban más trabajo, tirando por la borda este capitalismo especulativo que medra con los derivados financieros, donde unos pocos hacen fortuna en minutos y vuelven pobres a millones de seres humanos”.

“No va a haber un tiempo mejor que éste para dar vuelta la historia del mundo como se da vuelta una media; y hay que dar vuelta esa media porque si no vamos a seguir viviendo con más desigualdad y con más injusticia. Ese es el desafío que tenemos como continente”, subrayó Fernández a continuación.

 

Fernández durante su exposición en la sesión solemne de la Cámara de Senadores, en la Ciudad de México.

 

El titular del Ejecutivo argentino ha sido, además, el primer presidente en participar de la denominada “mañanera”, la conferencia de prensa que realiza el presidente mexicano. Fue una muestra más del alineamiento, político e incluso personal. El propio Martín Borrego Llorente, director de la Subsecretaría para América Latina de la Cancillería mexicana, asegura que hay “una química natural” entre ambos mandatarios. “Hay una sintonía de posiciones entre ellos y eso generó un diálogo fluido”, explicó el funcionario.

Las coincidencias ideológicas entre los mandatarios se tradujeron en elogios también este martes. “Por fin México tiene un presidente con valores morales como merecen los mexicanos”, dijo Fernández. “Alberto es nuestro amigo”, respondió su par mexicano.

 

Los dos mandatarios mostraron una profunda sintonía.

 

El objetivo de López Obrador y de Fernández consiste en promover un regreso a los equilibrios recientes del mapa geopolítico de América Latina. De la Argentina de Cristina Fernández a la Bolivia de Evo Morales, al Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, la izquierda gobernaba en casi toda Sudamérica. En Chile hace una década acababa de terminar su primer mandato Michelle Bachelet, quien volvió después, entre 2014 y 2018. Rafael Correa estaba en pleno ascenso en Ecuador. En Venezuela Hugo Chávez seguía en el poder y, pese a las críticas a su gestión, aún no se había acelerado la deriva social, institucional y económica de Nicolás Maduro.

Tras el desmoronamiento del llamado eje bolivariano, en los últimos meses se ha producido el regreso al poder de la izquierda heredera de Morales en Bolivia y en abril se celebran elecciones en Ecuador y en Perú. En el primer país, un candidato apadrinado por el expresidente Correa ganó con amplio margen la primera vuelta, el pasado 7 de febrero. Al mismo tiempo, se han multiplicado las actividades de organizaciones que promueven políticas progresistas como el Grupo de Puebla, fundado en la ciudad mexicana en 2019. En este contexto, México y Argentina, de norte a sur, encabezan las aspiraciones de cambio en la región.

 

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