Perú: Castillo aventaja en 70.000 votos a Fujimori contabilizado el 100% de las actas

La reñida votación presidencial celebrada en Perú el último domingo, que tuvo en vilo a la sociedad de ese país desde el lunes pasado, confirmó su desenlace en favor del candidato de izquierda Pedro Castillo.

Este miércoles, Keiko Fujimori formalizó las denuncias de fraude electoral en los comicios peruanos contra su rival. La candidata conservadora ha pedido a la justicia electoral la revisión de 500.000 votos, cuando la diferencia que lo separa de Castillo es de 70.000, con el 100% de las actas contabilizadas.

 

 

El líder del espacio denominado Perú Libre, en tanto, se ha declarado vencedor antes de que finalice el conteo de los votos y recibió un indirecto respaldo el tribunal electoral peruano, que ha condenado las denuncias de Fujimori, sin pruebas de fraude electoral.

El presidente de ese organismo, Jorge Luis Salas, ha advertido de que el sistema peruano no está preparado para resolver tal cantidad de impugnaciones, registradas en 802 mesas. Salas recordó que en 2011 se presentaron dos pedidos de nulidad y menos de 30 en 2016.

“El sistema de los recursos impugnativos está pensando para cosas de muy poca dimensión. Lo que está pasando ahora es extraordinario”, expresó Salas.

Mientras Fujimori detallaba el supuesto fraude, Castillo tuiteó: “Agradezco a quienes siguen resistiendo en las calles. No caigamos en provocaciones de quienes quieren ver este país en el caos. Por ello, hacemos un llamado de paz y tranquilidad”.

 

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— Telégrafo (@telegraficos) June 4, 2021

 

Esta es la tercera derrota consecutiva de Fujimori en la segunda vuelta de unas elecciones, tras 2011 y 2016. La hija de Alberto Fujimori -que gobernó Perú entre 1990 y 2000 y ahora está encarcelado-, perdió en 2016 frente a Pedro Pablo Kuczynski, un economista conservador.

En plena pugna por la presidencia, la Fiscalía de Perú pidió la prisión para Keiko Fujimori por el ‘caso Odebrecht’. Después de dos años de investigación, un fiscal del equipo Lava Jato, uno de los casos de corrupción más grandes de América Latina que ha salpicado a gobernantes de casi todos los países, denunció en marzo ante un juez a Fujimori y a una treintena de personas de su entorno partidario y familiar por lavado de activos, organización criminal y obstrucción a la justicia, entre otros delitos. Los fiscales llegaron a pedir la disolución del partido, al considerarlo una banda criminal.