Argentina pacta con China su adhesión a la plataforma comercial de la ‘Ruta de la Seda’

En el marco de la visita que el presidente Alberto Fernández realiza por China estos días, el gobierno argentino confirmó su adhesión oficial a la llamada ‘Ruta de la Seda’, una histórica plataforma para la promoción del comercio y las inversiones denominada también como ‘Iniciativa de la franja y la ruta’, yi dai yi lu en mandarín o BRI por sus siglas en inglés.

El pacto busca profundizar la relación económica bilateral entre el país sudamericano y el gigante asiático con la finalidad de generar un ámbito de discusión permanente con la finalidad de promover la inversión extranjera directa de China en la Argentina.


El presidente visita la nación asiática en el marco del 50° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países y aprobó dicha incorporación para estimular el flujo del comercio y el fondo de inversiones que ya tienen más de 140 países adheridos en todo el mundo.

Según señalaron fuentes oficiales, con esta decisión, el gobierno estima que podrían rubricarse diferentes acuerdos que garantizan financiamiento por obras por más de 27.000 millones de dólares.

 

El presidente Alberto Fernández y su par de China, Xi Jinping. (Fotos Télam)

 

Para oficializar el acuerdo se llevó a cabo la firma del memorándum de entendimiento en materia de cooperación entre el canciller argentino Santiago Cafiero y He Lifeng, presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de la República Popular China.

“El objetivo de la visita presidencial es reforzar la cooperación entre ambos países y estimular y diversificar la oferta exportable argentina a China y a la región. A la vez, se busca aumentar la inversión extranjera directa china en la Argentina, lograr financiamiento para obras clave de infraestructura y poder avanzar con las negociaciones sanitarias y fitosanitarias que están en curso”, describieron desde el Ejecutivo argentino.

 

 

Sobre la nueva ‘Ruta de la Seda’

Años atrás China decidió relanzar la histórica ‘Ruta de la Seda’ con múltiples proyectos integrados en una ambiciosa red de infraestructuras repartida por los cinco continentes del planeta que tiene una inversión programada de hasta un billón de dólares.

Se trata de un plan estratégico de ramificaciones geopolíticas y económicas, criticado por algunos como un instrumento para dominar el mundo y alabado por otros como un plan Marshall del siglo XXI que ayudará a desarrollar regiones olvidadas.

 

 

A la nueva ‘Ruta de la Seda’ China le asigna una importancia vital; tanta, que desde el año pasado la ha incluido en la constitución del Partido Comunista.

Para el país más habitado del mundo, los beneficios del plan son claros: ampliar vías hacia el oeste le permitirá desarrollar sus regiones occidentales, más empobrecidas; estimular sus sectores industriales para los momentos en que su economía entra en una etapa de menor crecimiento; abrir mercados para sus productos; facilitar que otros países adopten sus estándares tecnológicos, por ejemplo en telefonía 5G; y, en general, expandir su presencia e influencia internacional.



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