Perú vuelve a estar inmerso en una profunda crisis política tras un cambio radical en la presidencia luego de la decisión que este miércoles tomó el ahora expresidente, Pedro Castillo, de querer disolver el Congreso, motivo por el que fue depuesto y reemplazado por Dina Boluarte, su vicepresidenta.
Castillo buscó decretar un gobierno de excepción pero no tuvo el apoyo del Ejército y fue detenido.
Entre otras medidas, el maestro rural que llegó a la presidencia peruana hace un año y medio, quería imponer una reorganización del sistema de justicia y un toque de queda.
Castillo anunció cinco medidas, entre las que figuraba la disolución “temporal” del Congreso y la instauración de un gobierno de “emergencia excepcional”.
El exgobernante enfrentaba este mismo 7 de diciembre su tercera moción de censura y acusó al Congreso de “destruir el Estado de derecho y la democracia” y de “establecer una dictadura congresal”.
En consecuencia, un tribunal constitucional de Perú calificó de “golpe de Estado” lo dispuesto por Castillo, que pasó a quedar detenido.
Después de eso, la vicepresidenta Dina Boluarte tomó el cargo, convirtiéndose en la primera mujer en gobernar Perú.
El mandato de Castillo, marcado por la inestabilidad, termina así tras año y medio repleto de escándalos de corrupción.