El obispo Gabriel Mestre dirigió este miércoles en Villa Gesell una misa en memoria de Fernando Báez Sosa, a tres años de su asesinato, donde dejó tres mensajes puntuales para la comunidad.
La ceremonia se realizó en las puertas del exboliche Le Brique donde los ocho rugbiers que el 31 de enero recibirían la sentencia del Tribunal de Dolores asesinaron a Fernando.
Los mensajes en la misa por Fernando
A lo largo de la misa, Mestre insistió con lo que ya había expresado durante las anteriores ceremonios que presidió en recuerdo del joven años atrás y bregó para que cada persona sea “artesana de la paz” en su comunidad.
“Oremos por el eterno descanso de Fernando y pidamos fortaleza y consuelo para Graciela y Silvino”, dijo en primer lugar el responsable de la diócesis de Mar del Plata, referente máximo de la iglesia católica en la zona.
El obispo acompañado por integrantes de la iglesia católica de Villa Gesell. (Foto Ricardo Stinco)
El segundo mensaje de Mestre: “Justicia por caminos justos»
El segundo pensamiento del líder religioso hizo referencia a una “Justicia por caminos justos», como dice la tradición hebrea.
“La justicia es necesaria para sanar, al menos en parte, el daño provocado y honrar la memoria de quién ha sido brutalmente asesinado: buscar la justicia, sólo la justicia”, abogó Mestre a continuación.
“Justicia es perpetua”, el pedido de la gente por el asesinato de Fernando
Romper con el espiral de violencia
Con la virgen de Caacupé sobre la mesa, símbolo religioso de la comunidad paraguaya a la cual pertenece parte de la familia de Fernando, Mestre le habló a la multitud.
Su tercer y último mensaje trató de “asumir el desafío de romper con el espiral de violencia y ser constructores de paz”.
Una bandera de la comunidad paraguaya a la cual pertenece parte de la familia de Fernando Báez Sosa. (Fotos Ricardo Stinco)
En ese sentido, Mestre puso como ejemplo a Silvino y Graciela, los padres de Fernando que siempre pidieron justicia sin venganza para los asesinos de su hijo.
“A la luz de algo tan horroroso como lo que aquí aconteció, somos invitados a superar la tentación de devolver mal por mal, y realmente ser artesanos e instrumentos de la paz como tantas veces nos invita el querido Papa Francisco”, cerró el obispo marplatense.
