“Justicia es perpetua”, el pedido de la gente por el asesinato de Fernando

Unidos por el pedido de “Justicia es perpetua”, decenas de personas se concentraron este miércoles frente al árbol convertido en santuario de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. Allí el obispo Gabriel Mestre dirigió una misa por el tercer aniversario del asesinato del joven.

La ceremonia religiosa que compartieron católicos y de otras creencias comenzó a las 20 a pocos metros del lugar donde Fernando recibió los golpes de puño y patada que terminaron con su vida.

 

El árbol que se encuentra al lado del lugar donde Fernando fue brutalmente asesinado se convirtió al poco tiempo en un santuario en su memoria. (Foto Ricardo Stinco)

 

Al mismo horario dio inicio otra misa en el anfiteatro de Dolores donde estuvieron los padres del joven, Graciela Sosa y Silvino Báez.

Integrantes de la colectividad paraguaya también acompañaron y celebraron la misa convocada por los familiares de Fernando. Además, estuvo presente el intendente municipal Gustavo Barrera.

 

Masiva concentración frente a ‘Le Brique’ para recordar a Fernando Báez Sosa

 

“Que no salgan nunca más de la cárcel”

Con la cara del joven brutalmente asesinado y la palabra justicia en mayúsculas, carteles y pancartas se mostraron en todo momento para que las cámaras pudieran registrarlos. Incluso el obispo Mestre pidió levantarlos más alto al momento de iniciar la celebración católica.

Fernando es hijo de todos”, “Un beso hasta el cielo”, “Fuerza Graciela y Silvino”, fueron otros de los mensajes que acompañaron.

 

Mientras el obispo realiza la misa, geselinos y turistas acompañan en silencio. (Foto Ricardo Stinco)

 

“Justicia es perpetua”

Desde las mismas escaleras donde los presuntos asesinos de Fernando Báez Sosa fueron expulsados de Le Brique aquel 18 de enero de 2020 y a lo largo de casi toda la cuadra, jóvenes, familias y adultos reclamaron a gritos varias veces: “Justicia es perpetua”

“¿Qué es perpetua?”, le preguntó un niño a su padre al escuchar el canto. “Que no salgan nunca más de la cárcel y no vuelvan a hacer lo que hicieron”, le contestó el padre.

Las lágrimas con tristeza, enojo y conmoción en los ojos de geselinos y turistas dejan ver la trascendencia del caso en una sociedad que en palabras del propio obispo Mestre necesita “romper con el espiral de violencia”.


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