La primera variedad de romero de la Argentina, obtenida por el INTA, se distingue por su alto rendimiento, sabor intenso y alto contenido de aceite esencial y antioxidantes naturales con propiedades benéficas para la salud.
Este primer cultivar nacional, el ‘Criollo INTA’, es versátil y presenta un gran potencial culinario y ornamental, así como para la industria agroalimentaria, la medicina y la cosmética.
Se trata de un logro de un equipo de investigación del INTA en Mendoza que agrega valor al cultivo y mejora la competitividad y rentabilidad de los productores de la región.
Esta variedad de romero, la primera del país, es un desarrollo que nació fruto de “una creciente demanda por parte de los consumidores”. También de los productores de la región que buscan diversificar sus actividades.
“Criollo INTA se distingue por su alto rendimiento y contenido de aceite esencial y antioxidantes, lo que lo convierte en un activo invaluable para diversas aplicaciones”, aseguró Inés Lorello, investigadora y obtentora del INTA La Consulta, Mendoza.
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En esta línea, aseguró que este “romero criollo” se caracteriza por su sabor distintivo, intenso, amargo y con toques de alcanfor. “Su versatilidad lo posiciona como un elemento fundamental en el mundo culinario, así como en la industria de la fitomedicina y la cosmética, además de ser altamente demandado para planteos agroecológicos, como ornamental y para cercos vivos”, detalló Lorello.
Según explicó, “Criollo INTA se obtuvo luego de seis años de evaluación y selección de diversos clones de romero provenientes de diferentes zonas del país”. “Es el primer cultivar de romero (Salvia Rosmarinus Spenn) inscripto en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE)”, agregó.
El primer romero criollo, al detalle
Criollo INTA es un romero de porte erecto, de plantas altas y robustas, con ramificación profusa y follaje de densidad media. Responde al tipo de romero comúnmente conocido como criollo o de hoja angosta. Sus hojas son finas, largas, de color verde oscuro ceniciento, muy aromáticas. El sabor es intenso, picante, alcanforado y amargo.
Presenta dos floraciones al año y se caracteriza por su elevado rendimiento en especia que supera los 3 mil kilos por hectárea de hoja seca y limpia. Además, presenta un alto contenido de aceite esencial entre 2,5 y 3 % v/p (hojas secas y limpias) y de extractos antioxidantes.
Asimismo, posee un quimio tipo cuyos componentes mayoritarios son eucaliptol (28,14 %), beta mirceno (25,41 %), alcanfor (15,34 %), alfa pineno (8,66 %). En la poscosecha, el secado y la separación de la hoja del tallo se dan con facilidad.
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Esta variedad tiene buena adaptación a climas templados, templados cálidos, áridos y semiáridos, con alta insolación y amplitud térmica, tolerando temperaturas cercanas a los -8°C. Su ciclo puede extenderse unos 6-8 años o cuando el rendimiento empieza a declinar.
Por otra parte, se puede emplear para distintos usos productivos: cosecha de hojas para condimento, extracción de aceites esenciales, obtención de extractos antioxidantes.
“Es muy interesante su incorporación en sistemas productivos agroecológicos por su extensa floración, atracción de polinizadores, fuerte aroma, y por ser un arbusto de hojas perennes. También es una planta ornamental que se adapta muy bien a su cultivo en huertas y como cerco vivo”, cerraron desde el INTA.