Los espermatozoides tienen sus propias células protectoras

Un reciente estudio del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) demostró en detalle la existencia de dos tipos de células del sistema inmune encargadas de proteger a las células reproductoras masculinas.

Desde el comienzo de la vida, el sistema inmune aprende a diferenciar entre las células del propio organismo y las ajenas, incluidos virus y otros patógenos. Cualquier elemento extraño es localizado y destruido. Las células reproductoras comienzan a producirse mucho después del nacimiento, cuando el individuo ha alcanzado la madurez sexual. ¿Por qué entonces a esas células no las destruye el sistema inmune?

En el trabajo, publicado en Journal of Experimental Medicine y reproducido por el diario El País de España, los investigadores del CNRS se centraron en los macrófagos de los testículos: células del sistema inmune que, sorprendentemente, se encargan de luchar contra el sistema inmune.

El estudio, liderado por Michael Sieweke, del Centro de Inmunología de Marsella-Luminy, describe las propiedades de dos tipos de macrófagos en ratones que pueden dar una respuesta a esa pregunta. Su equipo usó un sistema para marcar a estas células del sistema inmune y seguir su camino desde la médula ósea, donde son producidas, a su destino final. Los resultados muestran que estas células protegen a los espermatozoides produciendo moléculas que impiden que otras células del sistema inmune entren en los testículos y las aniquilen.

 

Los investigadores quieren aclarar mejor la relación entre estas células protectoras, los espermatozoides y la testosterona, pues tener mayor conocimiento en el tema podría ayudar a diseñar estrategias contra la infertilidad.

 

 

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