Una de la mayores fábricas de producción de películas y programas televisivos, decide ponerse en manos del operador de móviles y telecomunicaciones AT&T, a su vez, una de las principales empresas en controlar el acceso a internet y a los canales de televisión de pago, entre ellos, la cadena DirecTV.
En su propuesta, AT&T fijó su compra de Time Warner en unos 85.400 millones de dólares, además de asumir cerca de 24.000 millones de deuda, con la que la operación está valorada en un total de 108.700 millones.
De concretarse, Jeff Bewkes, consejero delegado del conglomerado de entretenimiento, forjará la operación empresarial más importante del año, al superar los 66.000 millones que desembolsó Bayer por el control de Monsanto.
La compañía de telecomunicaciones de Dallas tendrá acceso a cadenas como la CNN, la TNT o la HBO. También contará con sus propios estudios de producción de películas y series, con Warner Brothers de liderazgo operativo.
La fusión convertirá a la segunda mayor compañía de telefonía móvil de Estados Unidos en un conglomerado de medios y entretenimiento que ofrecerá a la vez servicios de conexión a internet en los hogares y programas de televisión.
Estas maniobras entrecruzadas entre operadores de telecomunicaciones y distribuidores de contenido buscan evitar que los abonados se descuelguen de sus servicios por alternativas más baratas que encuentran en la red como Netflix o Amazon.
El candidato republicano a las presidenciales norteamericanas, Donald Trump, amenazó este sábado en un acto de campaña en Pensilvania con bloquear la operación si el 8 de noviembre llega a la Casa Blanca. Considera que este tipo de transacciones “destruyen la democracia”, al concentrar “tanto poder en unas pocas manos”.