La semana pasada, durante la conferencia del Partido Conservador británico, el ministro de Sanidad, Jeremy Hunt, anunció que el año que viene se pondrá en marcha un programa piloto por medio de «una nueva oferta de trabajo flexible basada en apps para su personal».
De este tipo de políticas nació tiempo atrás el término de uberización del trabajo, en referencia a la externalización de los empleados, que realizarían sus tareas bajo demanda mediante una app, de una forma tan flexible como inestable. El caso más conflictivo es el de Uber y su irrupción en el mundo del transporte de pasajeros.
Hunt aseguró que la aplicación funcionará junto con una bolsa de empleo para ayudar a enfermeras y enfermeros «con sus propias responsabilidades de cuidado». «También tienen que cuidar de sus propias familias: niños en edad escolar, madres o padres con demencia, una pareja que hace frente al cáncer», justificó el ministro.
El funcionario, que critica los «arcaicos» modelos que no permiten al gremio de enfermería cuidar de su familia, lamentó que los «contratos inflexibles para el personal conducen a pagas exorbitantes por las horas extras» que necesita el Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés).