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Encuentran el segundo planeta más cercano al sistema solar

Un equipo de astrónomos liderado por expertos españoles descubrió el segundo exoplaneta más cercano a la Tierra. Se trata de un mundo helado que orbita la estrella de Barnard, una enana roja a seis años luz, hallada por el astrónomo estadounidense Edward Emerson Barnard en 1916.

Viajar hasta allí con vehículos espaciales llevaría más de 30.000 años, pero gracias a la nueva generación de telescopios que comenzará a funcionar en unos años este puede ser el primer exoplaneta cercano del que se consiga una imagen directa.

Las enanas rojas —pequeñas y tenues— son las más abundantes del universo. En los últimos años se ha demostrado que pueden albergar sistemas solares con hasta siete planetas terrestres.

Durante décadas se especuló con la posibilidad de que existiese al menos un planeta en Barnard. Para confirmarlo han hecho falta casi 800 mediciones de la luz del astro tomadas durante 20 años con siete telescopios terrestres que han hecho un seguimiento continuo de la estrella según revela el diario El País de España en un artículo al respecto.

 

Reconstrucción de la superficie del nuevo planeta. (ESO/M. KORNMESSER | EPV vía elpais.com)

 

Un año en el recién descubierto Barnard b dura 233 días y su temperatura es de unos 170 grados bajo cero. El cuerpo está a menos de la mitad de distancia de su estrella que la Tierra, pero recibe un 98% menos energía porque el astro es pequeño e inactivo.

El estudio ha determinado que cada vez que el exoplaneta completa una órbita, el astro sufre un vaivén de un metro por segundo, algo así como ver una persona andando muy despacio a más de 50 billones de kilómetros.

Ese movimiento ha permitido calcular la masa mínima del planeta, equivalente a 3,2 veces nuestro planeta, lo que le convierte en una “supertierra” a medio camino entre un planeta rocoso y un gigante gaseoso como Júpiter. Hay pocos detalles sobre su composición.

El planeta de Barnard está lo suficientemente cerca de la Tierra como para que el telescopio espacial James Webb de la NASA o los nuevos gigantes terrestres como el E-ELT puedan tomar imágenes de este cuerpo y determinar si tiene atmósfera, lo que inaugurará una nueva era en observación planetaria.

 

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