La complejidad genética detrás del insomnio

Los datos indican que entre un 10% y un 20% de la población mundial tiene inconvenientes para conciliar el sueño y si bien su origen es multicausal, buena parte del problema está en los genes. Así lo demuestran dos estudios independientes con datos combinados de casi dos millones de personas.

Según una publicación del diario El País de España, la base genética del insomnio es compleja ya que intervienen leves variantes en centenares de genes. Los trabajos señalan además que los problemas de sueño están relacionados con otros trastornos mentales, problemas cardíacos o diabetes, aunque también con factores ambientales como el estrés, el abuso del alcohol u otras sustancias psicoactivas.

La coautora de uno de los estudios, Danielle Posthuma –profesora y genetista de la Universidad Libre de Ámsterdam- aseguró que la investigación reveló que el insomnio, como muchos otros trastornos neuropsiquiátricos, “tiene que ver con centenares de genes, cada uno con un ligero efecto”.

El estudio develó además una correlación genética con otros trastornos mentales, como la depresión y la ansiedad, y otras afecciones, como la diabetes o enfermedades coronarias. “Es un resultado importante ya que siempre buscábamos las causas del insomnio en los circuitos cerebrales que regulan el sueño. Debemos cambiar y poner el foco en los circuitos que regulan la emoción, el estrés y la tensión”, agregó otro coautor del estudio, Eus Van Someren.

De acuerdo a la información proporcionada por El País, el otro trabajo, basado en datos de 450.000 británicos, confirma la complejidad genética que está detrás del insomnio: identificaron al menos 236 genes relacionados con los síntomas del trastorno.

A través de una novedosa técnica de investigación, denominada “aleatorización mendeliana”, los científicos buscaron una conexión entre las distintas variantes genéticas y dos o más problemas de salud. Así, como en el primer estudio, vieron que los insomnes tienen hasta el doble de riesgo de padecer una cardiopatía coronaria o síntomas propios de la depresión.

Así, la investigadora en genética del sueño del Hospital General de Massachusetts (EE.UU), Richa Saxena, destacó que “ahora queda un duro trabajo para averiguar cómo los cambios en los genes nos llevan al insomnio”. “Son indispensables estudios detallados que definan con mayor precisión los vínculos causales entre el insomnio y los resultados clínicos”, concluyó.

 

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