Así serán los taxis voladores de Uber que circularán por el mundo en menos de cinco años
Uber celebra estos días en Washington la tercera edición de su cumbre Uber Elevate. La capital federal estadounidense es la sede de las autoridades que deben regular la apertura del cielo como nueva vía de comunicación y la compañía quiere demostrar su capacidad e intención de poner la seguridad y la regulación en el centro de sus preocupaciones.
La primera prueba empezará el próximo 9 de julio en Nueva York y apuntará a los usuarios leales de Uber que quieran ir de Manhattan al aeropuerto John F. Kennedy (JFK). A ellos les parecerá la opción del UberCopter, el precio será caro –alrededor de 200 euros– y requerirá de la infraestructura actual de helipuertos existente en esa región.
El objetivo de la compañía es que el UberCopter emerja como opción cuando el tiempo de traslado en coche de la parte baja de Manhattan hasta el JFK llegue a las dos horas. El aparato se podrá reservar con varios días de antelación y será un helicóptero tradicional, no así los futuros eVTOL (vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje verticales, en sus siglas inglés).
La segunda etapa de esta innovación para Uber serán las pruebas en Dallas y Los Ángeles, dos de las zonas metropolitanas más extensas de Estados Unidos, con problemas de tráfico y crecimiento, donde ya estaba previsto que la compañía empezara a probar sus coches voladores en 2020.
Esas pruebas hasta 2023 se harán ya con las naves de los socios que Uber ha escogido para esta aventura: Aurora Flight Sciences (propiedad de Boeing), Pipistrel Vertical Solutions, EmbraerX, Bell, Karem Aircraft y Jaunt Air Mobility.
La transición aérea tiene, según Uber, tres grandes retos: uno, qué rutas priorizar y dónde poner los «puertos del cielo»; dos, cómo lograr que los recorridos sean compartidos para hacerlo viable, y tres, lograr vehículos verdes, seguros y silenciosos.
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