Cuando la ansiedad influye en el hecho de que el embarazo no se produzca

Un embarazo puede retrasarse porque existe una circunstancia física que impide la gestación. No obstante, se tiende a focalizar en la mujer, como portadora en su interior de la nueva vida, el impedimento que frena el embarazo. Sin embargo, hay que decir que no se debe centrar el problema exclusivamente en ellas.

Una pareja sana que mantiene relaciones sexuales con frecuencia y sin método anticonceptivo puede esperar el embarazo hasta un año. Aproximadamente el 90% de estas parejas consiguen gestación en ese tiempo.

Por el otro lado, hay casos con problemas conocidos, como enfermedades que puedan haber obstruido las Trompas de Falopio, como la endiometrosis o los padecimientos inflamatorios pélvicos o bien el caso de las mujeres con edades superiores a los 37 años, edad en la que el tiempo de espera para acudir a un especialista en fertilidad es aconsejable que se reduzca.

Cada pareja es realmente diferente, pero cuando una de ellas decide tener un hijo y el test de embarazo no da positivo, comienza a crecer la ansiedad y el estrés porque el bebé no llega. Esta situación suele convertirse en una espiral que se retroalimenta y esa expectativa de ser padres que no se concreta incrementa la ansiedad, la cual influye en el hecho de que el embarazo no se produzca.

El plazo medio para quedar embarazada cuando la mujer tiene menos de 35 años es de un año. A partir de esa edad, la capacidad de fertilidad se reduce, lo que no implica que se pueda producir un embarazo en un corto o medio plazo de manera natural; sin tratamientos de fecundidad.

Según explica Gustavo Salazar, ginecólogo del Hospital San Rafael de Madrid en un artículo al respecto del diario El País de España, “el bienestar mental de una mujer afectada por ansiedad y estrés debido a que no se produce la gestación le afecta como un trastorno ansioso-depresivo, que tiene como consecuencia la perdida en el ritmo regular de las ovulaciones, que se producen a destiempo”.

En esa línea, el especialista aclara: “No conserguir el embarazo con facilidad, conlleva tristeza y frustración durante los primeros seis meses. Algunas se deprimen por no poder quedar embarazadas como el resto de amigas. No obstante, ese proceso no afecta al feto ni a su proceso de gestación en el vientre materno, una vez que se ha conseguido el embarazo”.

Para evitar un trastorno ansioso que provoque disfunciones en la ovulación, es importante hacerse un control ginecológico una vez al año para comprobar que todo está bien desde el punto de vista orgánico.

También es recomendable, tanto para la mujer como para el hombre, llevar una vida saludable y ejercicio físico que ayude a liberar el estrés.

 

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