Un estudio de la Universidad Curtin, en Australia, proporcionó las pruebas más sólidas hasta ahora de que los continentes de la Tierra se formaron por meteoritos gigantes. Se examinaron los vestigios de la antigua corteza terrestre.
Estos eventos fueron particularmente frecuentes durante los primeros mil millones de años de la historia del planeta, de 4.500 millones de años, Así lo explicaron los investigadores en la revista científica Nature.
La idea de que los continentes se formaron originalmente en lugares de impactos de meteoritos gigantes estuvo presente durante décadas. No obstante, hasta ahora había pocas pruebas sólidas para apoyar la teoría, consignó la agencia DPA.
“Examinando diminutos cristales del mineral circón en rocas del cratón de Pilbara, en Australia Occidental, que representa el vestigio mejor conservado de la antigua corteza terrestre, encontramos pruebas de estos impactos de meteoritos gigantes”, aseguró el doctor Tim Johnson, de la Escuela de Ciencias de la Tierra y Planetarias de Curtin.
A su vez, al estudiar “la composición de los isótopos de oxígeno en estos cristales de circón, se reveló un proceso ‘descendente’ que comenzó con la fusión de rocas cerca de la superficie y progresó a mayor profundidad, lo que coincide con el efecto geológico de los impactos de meteoritos gigantes”, añadió.
De este modo, Johnson aseguró que esta investigación “proporciona la primera prueba sólida de que los procesos que finalmente formaron los continentes comenzaron con impactos de meteoritos gigantes”.
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— Telégrafo (@telegraficos) July 10, 2022
Información crucial
Estos impactos fueron “similares a los responsables de la extinción de los dinosaurios, pero ocurrieron miles de millones de años antes”.
En este sentido, el especialista remarcó que comprender la formación y la evolución actual de los continentes de la Tierra “es crucial”. Esto porque estas masas terrestres “albergan la mayor parte de la biomasa del planeta, todos los seres humanos y casi todos los depósitos minerales importantes del planeta”.
“Los continentes albergan metales fundamentales como el litio, el estaño y el níquel. Son productos esenciales para las nuevas tecnologías ecológicas, necesarias para cumplir nuestra obligación de mitigar el cambio climático”, sostuvo Johnson.
Estos depósitos minerales son el resultado final de un proceso conocido como diferenciación de corteza, que comenzó con “la formación de las primeras masas terrestres”, explicó el investigador.
Finalmente, señaló que los datos relacionados con otras zonas de la antigua corteza continental de la Tierra “parecen mostrar patrones similares a los reconocidos en Australia Occidental”.
“Nos gustaría probar nuestros hallazgos en estas rocas antiguas para ver si, como sospechamos, nuestro modelo es más ampliamente aplicable”, concluyó.