El documento final del G20 destacó la necesidad de reformar la OMC

Se terminó la reunión de las 20 naciones más poderosas del mundo en la ciudad de Buenos Aires con un documento final de la cumbre que declaró, por un lado, la irreversibilidad del acuerdo de París sobre el cambio climático -con la única disidencia de Estados Unidos-, y el reconocimiento de los líderes respecto a la necesidad de reformar la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Más allá de reconocer los actuales «problemas del comercio» mundial, los mandatarios se abstuvieron de condenar el proteccionismo, en un año en el que Estados Unidos y China mantienen una guerra comercial intensa.

El anfitrión Mauricio Macri quedó en medio del fuego cruzado entre los dos gigantes de la economía, países con los que Argentina mantiene una esforzada política de seducción. El presidente argentino y Donald Trump se reunieron en el marco de la cumbre y la Casa Blanca informó que la charla entre ambos se concentró en «la actividad económica depredadora china». Fue en un breve comunicado, firmado por la vocera de Trump, Sarah Sanders, pero la palabra «depredadora» («predatory Chinese economic activity», fue el textual completo en inglés) cayó como una bomba en el gobierno nacional. Sucede que Argentina pide a gritos inversiones chinas, pero también de Estados Unidos. Por eso, el canciller Jorge Faurie tuvo que aclarar enseguida. «Ni usamos ni escuchamos esa palabra» durante la charla entre Trump y Macri, dijo.

 

Instantánea de la reunión de presidentes durante este sábado. (Foto REUTERS vía elpais.com)

 

En el documento final, las referencias al comercio han quedado reducidas a un reconocimiento de su importancia global y a la necesidad de reformas en la OMC. La palabra prohibida ha sido «proteccionismo». «El comercio y la inversión internacionales son importantes motores de crecimiento, productividad, innovación, creación de empleo y desarrollo. Reconocemos la contribución del sistema de comercio multilateral a estos objetivos. En la actualidad, el sistema está fallando en alcanzar sus objetivos y hay espacio para mejoras. Por eso apoyamos la necesaria reforma de la organización comercial global para mejorar su funcionamiento», dice el texto de conclusiones.

El documento, como todos los que resultan de este tipo de encuentros internacionales de alto nivel, ha sido el resultado de un ejercicio lingüístico cuyo resultado debe conformar a todos. Eso quedó reflejado: salvo Trump, el resto de los presidentes afirmaron que el acuerdo de París contra el cambio climático es «irreversible». El mandatario norteamericano aceptó firmar el texto, con la condición de que especificara que su país «reitera la decisión de retirarse del acuerdo de París«. «El sistema multilateral está en crisis», admitió luego el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

El G20, constituido en su actual formato hace exactamente 10 años, cuando la crisis financiera amenazaba con paralizar la economía global, empieza a perder utilidad.

El año pasado, en Hamburgo, el G20 apenas fue capaz de emitir un comunicado final vago y exento de nuevas ideas o proyectos de importancia. Al menos se llenaron diez folios. Este fin de semana, en Buenos Aires, la reunión ha generado un texto de cuatro folios que impresiona por su vacuidad. En ese sentido, puede hablarse de fracaso.

 

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