Aún en las condiciones más extremas, las mujeres viven más que los hombres

El sexo no es casualidad en la longevidad del ser humano. Entre los que alcanzan el siglo de edad, hay cuatro mujeres por cada hombre. Esta superioridad en la esperanza de vida se mantiene en cualquier punto del planeta. Aunque no está claro por qué, las mujeres suelen vivir varios años más que los hombres.

Un estudio ha analizado la tasa de mortalidad en grupos sometidos a hambrunas, epidemias y esclavitud. Sus conclusiones muestran que las mujeres también resisten mejor en estas horribles condiciones y destapan un hecho sorprendente: la mayor parte de la ventaja entre ellos y ellas aparece en el primer año de vida.

En casi todos los casos analizados las mujeres vivieron más que los hombres. La ventaja va del medio año más de vida en el peor de los casos (Liberia) a 3,7 años más en el mejor (Irlanda).

Las hormonas sexuales pueden ser parte de la explicación, señala el estudio. Los estrógenos femeninos son antiinflamatorios y protegen el sistema circulatorio, mientras la testosterona está asociada a una mayor mortalidad por algunas enfermedades. Los estrógenos fortalecen el sistema inmune, mientras la testosterona y la progesterona parecen hacer lo contrario. La incidencia de infecciones es menor entre mujeres que hombres (la mayoría de las muertes en las poblaciones analizadas pueden achacarse a la disentería, la inanición y la diarrea). Junto a estos factores biológicos hay otros sociales que han venido ayudando al sexo femenino, como que ellas fuman, beben y se drogan menos, conducen de forma menos temeraria, cuidan más su alimentación y tienen menos comportamientos arriesgados.

Si se hubieran tenido en cuenta no sólo los nacimientos, sino las concepciones, algo complicado de encontrar en los registros, la superioridad femenina sería incluso mayor, pues “por cada 100 hembras se conciben unos 160 varones”, explica Diego Ramiro, demógrafo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, citado por el diario El País de España.

Los dos investigadores que han dirigido la investigación, Kaare Christensen, de la Universidad del Sur de Dinamarca, y James Vaupel, fundador del Centro Max Planck de Investigación Demográfica en Rostock (Alemania), llevan años estudiando los fundamentos biológicos del envejecimiento y los límites de longevidad humana. Según Vaupel no hay límite de edad establecido para nuestra especie —una declaración discutida por otros expertos— y es de esperar que se sigan ganando 10 años de esperanza de vida cada 40 años.

 

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